SOSTENIBILIDAD

Turismo: entre el negocio y el colapso de una ciudad

El turismo es una importante fuente de ingresos, pero también de problemas para los habitantes de las ciudades más visitadas. 

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Turismo: entre el negocio y el colapso de una ciudad

El turismo es la principal fuente de ingresos del estado español. Los turistas vienen buscando sol, calor y playas, pero también deciden visitar las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, que son las preferidas de los extranjeros. Hostelería, comercio, ocio y también el sector inmobiliario cada vez están más centrados en satisfacer las necesidades de estos visitantes, que en muchos lugares y sobre todo en ciertas fechas, son una auténtica pesadilla para los habitantes de las ciudades visitadas. Algunos países cobran una “tasa turística” que incrementa el precio de cada noche de hotel para evitar convertirse en lugares masificados. Otros como Holanda, han dejado de promoverse como destino turístico debido a la preocupación de verse “saturados de turistas”. En España las grandes ciudades están adoptando también medidas contra otra problemática creciente en torno a este sector, como es el auge de los pisos turísticos. La lucha contra el lobby del turismo para lograr un término medio que satisfaga a todos ha comenzado. 

  • Turismo en datos

De media los turistas extranjeros que vienen a España se suelen gastar unos 138€ diarios y en general el coste medio de sus viajes supera los 1.100€. Las estancias medias rondan los 8 días y los países de los que proceden la mayor parte de los visitantes son Reino Unido, Alemania y el conjunto de los países nórdicos. Por comunidades autónomas, los destinos en los que se dejan más dinero los turistas extranjeros son Canarias, Cataluña y Madrid. Todos estos y otros muchos datos más los encontramos en la Encuesta de Gasto Turístico publicada el pasado mes de marzo por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En ella también se recoge información sobre el tipo de hospedaje que escogen los turistas en general y que muestra cómo la opción preferida los alojamientos hosteleros (el 56,9%) con un aumento respecto a el año 2018 del 4.8%. Por su parte, el gasto en alojamientos no de mercado también ha crecido un 4,4%, lo que supone que cada vez más turistas eligen la opción de viviendas de alquiler vacacional como alternativa a los servicios tradicionales.

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Hasta aquí todo parecen buenas noticias. En España el turismo deja mucho dinero y es una de las mayores fuentes de ingresos del país. Los visitantes disfrutan de su estancia y los empresarios están encantados de que los turistas gasten los ahorros en sus ciudades. Pero detrás de esta fuente de ingresos hay una cara B que muestra que, aunque este sector es muy importante para la economía española, hay algo que no se está haciendo bien. En muchas ciudades aumentan las quejas por ver como sus calles están saturadas de visitantes y se están transformando para satisfacer las necesidades de los que solo van a pasar unos días. Sin hablar de las pésimas condiciones laborales que ofertan en algunos destinos, para cubrir la gran demanda turística en temporada alta.

  • Tú disfrutas, yo malvivo

En algunas zonas geográficas la demanda turística es tal, que en temporada alta los empleos aumentan considerablemente en sectores como la hostelería y el comercio y a consecuencia, la oferta de alojamiento se está convirtiendo en todo un problema. No tanto para quienes quieren disfrutar de sus vacaciones, sino más bien para los que quieren aprovechar el tirón de la temporada y desplazarse a esos lugares a trabajar. Es, por ejemplo, el caso particular de Ibiza. Desde mayo a octubre la isla se llena de turistas que quieren disfrutar de sus playas y su oferta de ocio nocturno, pero también de personas que van a trabajar. La mayoría de las ofertas de trabajo son para los meses de verano y en esas fechas encontrar un lugar en el que residir se convierte en una odisea. Muchos de los pisos disponibles son alquilados como alojamientos turísticos y los precios de los alquileres son muy elevados. Esto obliga a buscar alternativas como pisos minúsculos compartidos por varias personas e incluso vivir en edificios en ruinas. Así, hace algunas semanas conocíamos la noticia de que la mayoría de los atendidos en el incendio de un edificio okupa en Ibiza tenían contrato laboral. Pero esto es solo una de las consecuencias que traen consigo el turismo masivo de temporada. Largas jornadas laborales, salarios precarios o contrataciones abusivas a las que los trabajadores se acogen porque saben que puede ser la única opción o porque lo eligen como algo temporal. Estos son también algunos de los derivados económicos que traen consigo las aglomeraciones turísticas.

  • Quejas vecinales

Pero tal vez una de las quejas más escuchadas en los últimos años en este sector, es la de la proliferación de los pisos o apartamentos turísticos en las zonas más céntricas de las ciudades. Según el último “Análisis de Mercado de Alojamiento Turístico en Viviendas de Alquiler” elaborado por María Emilio Silva, de la Facultad de Turismo de la Universidad de las Islas Baleares, “esta nueva modalidad de alojamiento turístico ha entrado en el mercado con polémica, ya que desde el sector hostelero denuncian que no operan bajo las mismas reglas del juego que los establecimientos legalmente reglados”. Por eso muchos ayuntamientos ya han decidido regularlo a través de prohibiciones o limitaciones muy restrictivas que para María son un retroceso ya que “no dejan avanzar a una sociedad que busca nuevas formas de viajar, reducen la oferta turística y propician que los particulares realicen la actividad fuera de la legalidad”. Aún así, varias ciudades siguen buscando normativas para acotar este tipo de pisos. Una de las últimas ha sido Madrid, que obligará a las viviendas de tipo turístico a cumplir unos requisitos, entre los que destacan el tener un acceso diferente al que tienen el resto de vecinos. Esta medida dejará fuera del mercado a la mayoría de ellas, pero lo que se pretende es no interrumpir el día a día de las comunidades vecinales con cientos de turistas que entran y salen de los edificios. Madrid es solo una de las últimas ciudades en unirse a esta lucha contra los pisos turísticos. En Valencia la regulación obliga a que estén situados por encima de comercios y oficinas y siempre por debajo de las viviendas residenciales. En Palma de Mallorca se encuentra la normativa más restrictiva, ya que este tipo de alojamientos están prohibidos en toda la ciudad. Pero la pionera en esta materia es Barcelona, que ya lleva varios años luchando contra la gentrificación. Este término hace referencia a la transformación del espacio urbano para convertirlo en un bien de consumo, que es lo que está ocurriendo en el centro de las grandes urbes. En la ciudad condal, muchas viviendas que estaban en desuso se han rehabilitado para ofertarlas como alojamientos y los barrios que antes disfrutaban de cierta tranquilidad, ahora se han llenado de turistas. Los comercios están sacando provecho de la situación y como consecuencia se han encarecido las zonas en las que han aumentado este tipo de viviendas. Esto a los residentes no le hace mucha gracia y unido a las molestias que se producen en las comunidades vecinales, han provocado muchos conflictos entre turistas y vecinos.

tourist go home (AMY)

Para intentar evitar que los residentes tengan que sufrir las consecuencias de esta nueva modalidad, la alcaldesa Ada Colau abrió en 2014 la batalla contra los pisos turísticos ilegales y en 2016 puso en marcha su plan de choque para cerrar este tipo de viviendas. Se analizaron alojamientos ofertados en portales como Airbnb o Homeaway y la cifra de anuncios se redujo de los 6.000 a los 300 aproximadamente. En la actualidad Colau presume de haber cerrado más de 3.000 alojamientos ilegales y de reducir la oferta en un 95%, además de haber impuesto numerosas multas.

  • Otras medidas para acabar con la gentrificación

Si tenemos en cuenta la opinión de la arquitecta Gai Radaelli, lo ideal sería “plantear medidas antigentrificación para garantizar el derecho a la ciudadanía de hoy y avanzar hacia una Europa de ciudades inteligentes, sostenibles e inclusivas”. Como claro ejemplo de ello encontramos el caso de Lisboa que a través del movimiento Morar em Lisboa se ha conseguido reunir a decenas de asociaciones y personas para promover debates sociales sobre la problemática de la vivienda.

Otro caso exitoso es el de Berlín que según el informe desarrollado por el Centro de Investigación, Divulgación e Innovación Turística IDITUR-Ostelea bajo el nombre “Turismo y gentrificación: visión global y casos de estudio”, “se ha convertido en un referente europeo de turismo urbano” ya que con la normativa que se aplicó,“los visitantes que acuden a la ciudad evitan las experiencias manidas y prefieren los espacios alternativos y las áreas urbanas creativas en las que pueden convivir con la cotidianidad de los vecinos-as de los barrios".

En el informe también se recoge el caso de Quito, que muestra una forma de gentrificación sin control que ha llenado de consecuencias negativas su centro urbano. “Los alquileres se han disparado, se ha restringido el tráfico rodado, se han flexibilizado las concesiones de licencias y han aparecido nuevas formas de utilización del espacio público”.

En otros lugares la llegada masiva de turistas se ha intentado regular con algunas medidas que han levantado polémica. En Venecia, por ejemplo, se han instalado nuevos accesos controlados a diferentes zonas de la ciudad para regular los flujos de visitantes. Cuando la afluencia es masiva, esos accesos se cierran impidiendo el paso. Esta iniciativa provocó malestar entre muchos vecinos que denunciaron que ese tipo de medidas solo aumentaban la degradación de la ciudad.

Venecia. Deeana Creates

Para evitar tener que llegar a estos extremos, otros países como Holanda han dejado de promoverse como destino turístico ante la saturación de algunos territorios. Uno de los lugares que más preocupa es Ámsterdam, donde el coste de la vivienda y el desorden público ha aumentado y como consecuencia también la preocupación de los vecinos. Otro de los efectos de la proliferación de afluencia masiva de turistas se ha visto en el famoso jardín de bulbos de Keukenholf y los distritos de molinos de viento de Kinderdijk, que durante la temporada alta se han vuelto casi inaccesibles.

Con sus pros y sus contras, el turismo es una fuente importante de ingresos y por eso cada vez se opta más por regular el sector y por buscar alternativas que llamen la atención del visitante hacia otras zonas menos masificadas, como puede ser el turismo etnográfico o el turismo deportivo. Puede que aquí este la solución al problema, descentralizando el turismo de las grandes ciudades y derivándolo a otras menos saturadas. Esperemos que al final esas zonas no terminen también congestionadas y sufriendo las consecuencias de la afluencia masiva de de turistas.