CIENCIA

Ectogénesis; bebés que no necesitan un útero para nacer

Ya se han hecho pruebas exitosas con animales

Ectogenesis
Ectogénesis; bebés que no necesitan un útero para nacer

En el año 1896, la pionera del género cinematográfico Alice Guy, contaba en su cortometraje “La fée aux Choux” (El hada de las coles), el mito de que los niños nacen en los repollos. Alice fue una visionaria porque supo ver el potencial narrativo que ofrecía el nuevo arte, pero también puede que con este film se estuviera adelantando muchos años en el tiempo para contarnos, que en un futuro no muy lejano, los bebés no necesitarán un útero para nacer.

alice2-kkSD-U70925885718Tc-984x608@El NorteLa Fée aux Choux (1896), cortometraje de Alice Guy-Blaché que cuenta que los niños nacen de las coles.

Hablar de que los niños del futuro nacerán en coles puede sonar un poco raro, pero si os decimos que el mundo ha avanzado tanto que se está estudiando el desarrollo de fetos en úteros artificiales, seguro que esto ya no os parece una idea tan disparatada. La parte de la ciencia que estudia esta práctica se llama ectogénesis y plantea la posibilidad de fabricar tanques llenos de líquido amniótico, con una serie de tubos de alimentación que permitan nutrir adecuadamente a los fetos de oxígeno y alimento.

  • Idea no de ciencia ficción

Esta idea es algo en lo que los científicos llevan pensando varios años. En 1924 el genetista británico J.B.S. Haldane acuñó el término de ectogénesis por primera vez y predijo que en el año 2074 tan solo un 30% de los nacimientos que se produjesen en el mundo se harían de manera natural, el resto lo harían en úteros artificiales. Pero puede que la predicción de Haldane no sea tan lejana. Los expertos dicen que tal vez en unos 10 años podamos hablar de esta hipotética forma de reproducción como una realidad patente. La ciencia avanza tan deprisa que puede que en menos tiempo del que nos pensamos, haya alguna empresa especializada en ofrecer vientres artificiales para concebir niños. Sin ir mas lejos, el año pasado el científico chino He Jiankui sorprendió al mundo al asegurar que había modificado los genes de unos bebés para hacerlos inmunes al virus del sida (VIH). La semana pasada también conocíamos la noticia de que el biólogo molecular ruso Denis Rebrikov está planeando implantar embriones editados genéticamente antes de que termine el 2019, por lo tanto, ¿por qué no pensar que dentro de pocos años la ciencia puede hacer que los bebés se críen fuera del cuerpo humano?

Por el momento ya se han realizado las primeras pruebas en animales. La primera la hizo el doctor japonés Yoshinori Kuwabara y su equipo en 1988, cuando lograron gestar con éxito el feto de una cabra dentro de una máquina. El experimento se basó en extraer al animal de forma prematura y mantenerlo en una especie de piscina de líquido amniótico y proporcionarle sangre rica en nutrientes a través de su cordón umbilical. Mas recientemente, en el año 2017, en el Hospital Infantil de Filadelfia se llevó a cabo un experimento parecido en el que se mantuvo con vida a varios corderos prematuros durante cuatro semanas en una especie de bolsa de plástico.

Cordero prematuro se mantuvo vivo durante semanas  The Children's Hospital of PhiladelphiaExperimento llevado a cabo en Estados Unidos para mantener con vida a crías prematuras de cabra 

  • Dos posibilidades

La posibilidad de que la ectogénesis se haga realidad en menos de diez años es debido a que muchos científicos la plantean como una alternativa mucho más segura para aquellos bebés que nacen de manera prematura. Y es que este tipo de técnica se está planteando como solución a los problemas de infertilidad, pero también para los nacimientos que no pueden llegar a término. Así se presentan dos posibilidades: la primera sería como un útero artificial (AWT) que sustituiría al real desde el principio del proceso. El feto nunca necesitaría estar dentro de un ser humano y el proceso de crecimiento se daría en todo momento en una cápsula tecnológicamente controlada. La otra opción sería la de plantear este método como un servicio de “cuidado intensivo neonaltal” (NIC), como se hizo en el experimento del cordero. El útero artificial se utilizaría como sustituto de las incubadoras, es decir, sería una herramienta novedosa para mejorar las tasas de supervivencia en nacimientos prematuros.

matrixLa ectogénesis se está planteando como solución a los problemas de infertilidad, pero también para los nacimientos prematuros

  • Los defensores y detractores

Si prácticas como los vientres de alquiler para gestar embriones de parejas que no pueden tener hijos causan una gran polémica en la actualidad, ya os aseguramos que la ectogénesis no va a quedar libre de debate. Quienes investigan sobre la materia, defienden que su realización supondrá poder ofrecer mayor seguridad para el buen crecimiento del feto evitando riesgos y malformaciones, ya que en todo momento estará controlado y se le realizarán exhaustivos controles de salud. Ya sea desde el primer momento de la gestación o tras un nacimiento prematuro. Además supondría acabar con los riesgos que conlleva un embarazo y un parto. Se calcula que cada año unas 300.000 mujeres mueren en el mundo por complicaciones durante la gestación, en el alumbramiento o después de dar a luz y la ectogénesis podría minimizar estos riesgos. Algunos van más allá y creen que esta nueva técnica permitirá poner fin al parto con dolor y que supondrá un avance importante para la igualdad entre hombres y mujeres y para la libertad del género femenino, ya que la mujer podrá decidir libremente si tener hijos o no mediante un embarazo.

Pero hablar de dar vida a un ser humano en un útero artificial plantea también un problema moral y ético que levanta muchas críticas. Esta práctica ha sido ya calificada como una especie de “hedonismo egoísta” por tratar de manipular el propio cuerpo, incluso los más apocalípticos ven a la ectogénesis como la amenaza que sustituirá la raza humana. En el libro “El útero artificial” del filósofo Henri Atlan, se plantean una serie de preguntas que cuestionan la moralidad o no de esta técnica.

“¿Pueden el embarazo y la maternidad ser asimilados a una máquina? ¿Es el útero artificial la continuación lógica de la separación entre sexualidad y reproducción? ¿La cada vez mayor mecanización del mundo no crea una ciencia inhumana? ¿Se producirán seres emocionalmente incapaces de afección? ¿La mujer ya no será la creadora de la vida humana?”, Henri Atlan.

Lo que más preocupa a los detractores es la idea de que un niño criado sin cordón umbilical carecerá también de vínculos familiares con la madre. En este punto Atlan tiene una opinión muy concreta:

“En mi opinión, la gran cuestión que planteará el útero artificial será la de la relación entre los adultos y los niños. La desaparición del vínculo carnal entre la madre y el bebé corre el riesgo de reforzar una forma de egoísmo de los adultos y conducir a unas actitudes de abandono de los niños, incluso a su instrumentalización”, Henri Atlan.

A día de hoy la ectogénesis todavía suena a ciencia ficción, pero el debate de si es moral o no crear vida fuera del cuerpo humano ya está abierto. Aún no sabemos si esta nueva forma de concebir niños se hará realidad o no y si será dentro de poco tiempo o tendremos que esperar hasta el año 2074 como predijo el genetista británico J.B.S. Haldane . Lo que si sabemos es que hace a penas 40 años la idea crear vida en un laboratorio para después implantarla en el útero de una mujer parecía una locura, y el 25 de julio de 1978 venía al mundo la primera “bebé probeta” gracias a la fecundación in vitro. Louis Brown fue la primera de una larga lista de niños que han nacido gracias a la ayuda de la ciencia y puede que dentro de no mucho tiempo, también tengamos que agradecer a los vientres artificiales los nuevos nacimientos. Los primeros prototipos ya están pensados y el Instituto de ArtEZ de Arnhem en Holanda, ha diseñado un útero artificial que pretende crear bebés obtenidos por fecundación artificial y verlos crecer desde casa, incluso el artilugio tiene nombre propio: 'Par-tu-ri-ent'. Aunque ahora parezca algo muy de película futurista, puede que dentro de pocos años no nos resulte chocante ir a visitar a unos amigos y poder hacerle carantoñas al bebé que se está criando en una cápsula en el salón.