Tragedia anunciada en las residencias de ancianos

Como sociedad, y a nivel global, hemos fallado en la previsión de una pandemia de las características que estamos sufriendo. En el caso de las residencias de ancianos privadas y concertadas en España, esta falta de previsión global se une a la absoluta falta de profesionalidad y ética en la gestión, creando una situación que ahora ha explotado trágicamente debido a la crisis provocada por el coronavirus. 

Members of the Spanish army disinfect a nursing home with many cases of coronavirus. This disease is especially rampant with older people, which is coupled with the abandonment and lack of funds in some of these residences, which have become a death trap.
Residencia DomusVi Barreiro, en Vigo. Foto: Juan Teixeira.
Tragedia anunciada en las residencias de ancianos

La situación es terrible: a día de hoy más de 3.600 personas han muerto en residencias de mayores debido al COVID-19, y como mínimo otras 6.600 se han contagiado. Sin embargo, todos estos datos son meramente orientativos, puesto que existe un gran descontrol en el seguimiento de las personas afectadas y muertas. El Gobierno no informa de la cifra oficial, sino que remite a las comunidades, que realizan diferentes tipos de recuentos. Todo indica que las cifras reales están muy por encima de las oficiales. Las personas más vulnerables, las más desprotegidas y las que más lucharon por el presente que vivimos, son las grandes olvidadas en esta crisis sanitaria. 

Pero, ¿cómo hemos llegado a este abandono de nuestros mayores? La respuesta es sencilla: convirtiéndolos en mercancías. A día de hoy, en el estado español el negocio de las residencias de ancianos mueve en torno a 4.500 millones de euros anuales. Según el IMSERSO, de los 5.457 centros residenciales que hay en todo el estado español, casi el 75% son de titularidad privada, cuya gestión la realizan multinacionales y fondos buitre, para los cuales un anciano no es más que un número, un valor con el que especular para obtener mayor beneficio. España cuenta con una de las poblaciones más envejecidas del mundo: se calcula que en 2030 habrá más de 15 millones de habitantes por encima de los 60 años. Un negocio demasiado suculento para los especuladores. 

Multitud de asociaciones de familiares de usuarios y trabajadores llevan años denunciando esta situación. Todos concuerdan en algo: lo que las empresas privadas del sector venden en su publicidad poco tiene que ver con la realidad. Los mayores esfuerzos de estas empresas se centran en ofrecer una imagen tierna, familiar e idílica de los centros. Pero para aumentar beneficios, recortan en atención y servicios, por lo que esa imagen dista mucho del servicio ofrecido finalmente. Ahora bien, para la contabilidad de estas empresas es un negocio redondo. Según un informe de la consultora Angomed, los precios de los activos en residencias privadas se incrementaron un 50% de media en 2019, lo que pone de manifiesto el creciente interés de los fondos buitre e inversores en hacerse con el negocio de la tercera edad. 

Galiza como ejemplo privatizador

En el caso concreto de Galiza, es evidente que la Xunta estaba al corriente de las grandes deficiencias en el sector. Durante los últimos años, diversas asociaciones familiares, fuerzas políticas o sindicatos vienen denunciando estas graves insuficiencias en la red de centros de mayores. A pesar de ello, el Gobierno gallego siempre ha negado la veracidad de estas denuncias y ha defendido abiertamente a la patronal privada, que busca únicamente aumentar el beneficio económico de estas residencias y no su correcto funcionamiento, como ahora queda en evidencia. 

La inspección pasa de todo. Las familiares de las residentes llevan todos estos años presentando quejas y denuncias sobre la situación de los centros y de los incumplimientos de las condiciones por parte de la dirección de las residencias. Sin embargo, la administración mira para otro lado. El nivel de complicidad del Gobierno gallego y de la patronal de las residencias privadas llega hasta el punto de que esta es advertida con anterioridad de la visita de la Inspección para evitar la sanción y, una vez superada a misma, el problema continúa sin resolver - Francisco Vizoso, médico y portavoz de la Alianza Galega polos Servizos Públicos para Maiores e Dependentes.

Según informa el diario gallego Nós, incluso miembros de los servicios de inspección de la Consellería de Política Social advirtieron de que las actas levantadas en algunas residencias son archivadas, siguiendo las indicaciones de los responsables políticos, algo que las asociaciones de familiares también denuncian. La conselleira de Política Social, Fabiola García, se ha hartado a defender durante el último año "la calidad de los cuidados que reciben las personas mayores en los centros de atención a la dependencia de la Administración autonómica", a pesar de que en el mundo real las evidencias indicaran todo lo contrario. 

Durante estos dos últimos años remitimos decenas de denuncias a la Consellería de Política Social sobra la situación de los centros de DomusVi, y ninguna de ellas fue aceptada. El Gobierno gallego, en todos estos procedimientos, no hizo ninguna investigación, incluso ante hechos muy graves se limitó a contestar con la respuesta de la empresa - Paulino Vázquez, periodista y presidente de la Federación de Usuarios e Familiares das Residencias (REDE)

Members of the Spanish army disinfect a nursing home with many cases of coronavirus. This disease is especially rampant with older people, which is coupled with the abandonment and lack of funds in some of these residences, which have become a death trap.

Quizás los ingentes beneficios que reporta el negocio de las residencias de ancianos tenga algo que ver en esta defensa a capa y espada de lo indefendible por parte de la Xunta. Además de las ayudas públicas ofrecidas al sector, en la residencia DomusVi de Barreiro (Vigo) los precios oscilan entre los 1950 y los 2312 euros mensuales, una cifra exageradamente alta para el servicio ofrecido, y más teniendo en cuenta que se trata de un servicio concertado.  

Los pacientes, los residentes, que pena me dan ¡Sucios! Vomitonas en el suelo, del desayuno, seis de la tarde sin limpiar. Pasa una limpiadora y le digo, mira, en esta habitación vomitaron. '¡Ay!, ya se hará mañana. En este centro, que tiene capacidad para 170 personas, dos personas de limpieza solas por la tarde. Os podéis imaginar como está el centro (...) Esto es una puta locura, va morir mucha gente, porque las cosas están muy mal hechas y estos lo que único que hacen es taparlo. (...) En fin, que lo sepáis, no es todo tan bonito como lo ponen en la tele - Sanitaria contratada por la Xunta para combatir la crisis del coronavirus en la residencia de mayores DomusVi de Aldán, en declaraciones a Galiciapress

Esta política de fomento de la atención asistencial privada ha sido una apuesta de la Xunta de Galicia (en manos del PP), que ha apostado por un modelo de plazas concertadas gestionadas por empresas privadas. Según las asociaciones de familiares de usuarios y de trabajadores, el funcionamiento de este modelo deja mucho que desear. Sin embargo, para la Xunta funciona a la perfección, e incluso ha otorgado recientemente el premio Galicia Global a la primera ejecutiva de la empresa gestora, Josefina Fernández. 

2020033120011762200 La máxima responsable de DomusVi, Josefina Fernández, con Alberto Núñez Feijóo y la diputada Ana Pastor (Circulo.gal)

El personal está de manera crónica bajo mínimos y con sobrecarga de trabajo, con falta de medios básicos y en las residencias existía una situación de maltrato diario y masivo por descuido y abandono - Federación de Usuarios e Familiares das Residencias (REDE)

A pesar de ser Galiza uno de los territorios más envejecidos de Europa, no cuenta con las infraestructuras necesarias para cuidar adecuadamente de este sector de la población. La Organización Mundial de la Salud recomienda alrededor de cinco plazas públicas para mayores por cada cien habitantes. En Galiza no llega a tres. En todo el estado español, el 56% de las plazas para mayores son públicas, mientras que en Galiza representan tan solo el 33%. Y no solo el servicio es peor, como se puede extraer de las denuncias de familiares y trabajadores, sino que además supone un importante sobrecosto para las arcas públicas. En concreto cuesta 1.000€ anuales más una plaza en la concertada que en la pública.

Estas empresas  deshumanizadas siguen insistiendo en no reforzar el personal de asistencia directa, ni sanitaria, ni de limpieza y dejan  apodrecer la situación, usando la salud de los mayores y de los más dependientes, para  chantaxear y presionar a una administración amiga y forzarla la que sea esta quien se haga cargo de los afectados por la enfermedad, requieran o no atención hospitalaria - Federación de Usuarios e Familiares das Residencias (REDE)

La empresa detrás de este negocio redondo se llama DomusVi, que aglutina el mayor número de centros de mayores del estado, principalmente en Galiza, donde cuenta con 29 complejos. La empresa es propiedad de un fondo británico (ICG) y un magnate francés (Yves Journel), y según aparece en su propia web "DomusVi Group es uno de los pocos operadores que ofrece una propuesta integral de servicios a sus 55 000 clientes en Francia, España y recientemente Portugal". Su amplia red de centros en Galiza se debe a su propio origen, ya que nace de la compra de Geriatros, la franquicia creada por Caixanova para gestionar sus residencias. Así, su captación de fondos públicos proviene de lejos, e incluso varias residencias están construidas en terrenos cedidos por administraciones públicas. Sumando ayudas públicas y el cobro directo a sus clientes es sencillo acumular ganancias. Solo la filial en España declaró un beneficio de 625 millones de euros en 2018

Esta  puñeteira residencia es lo peor que hay en el mundo. Son unas caraduras. Nos dijeron que teníamos que marchar porque si quedábamos, acabaríamos contagiados todos. Me lo dijo a la cara. Aquí los derechos llegan hasta donde llegan… Viene la otra (la directora) y los barre - Declaraciones de una usuaria del centro DomusVi Barreiro a Xornal de Vigo

Tras haber amasado esta fortuna haciendo negocio con nuestro mayores, el sector privado se hace ahora a un lado ante la crisis sanitaria debido al coronavirus, y es otra vez el gobierno autonómico quien tiene que salir al rescate y hacer frente al desastre creado por la codicia de los empresarios que gestionaban estas residencias. Un clásico del capitalismo que se vuelve especialmente detestable cuando hablamos de este tipo de servicios, pero que se ha repetido una y otra vez en las últimas décadas: privatizar los beneficios y nacionalizar las pérdidas. Y en este caso, con muchas vidas perdidas por el camino. 

Members of the Spanish army disinfect a nursing home with many cases of coronavirus. This disease is especially rampant with older people, which is coupled with the abandonment and lack of funds in some of these residences, which have become a death trap.Miembros del Ejército desinfectando el centro DomusVi de Barreiro (Vigo)

 

Así, en cuanto la situación se volvió insostenible a todas luces, las residencias privadas DomusVi de Cangas y Vigo fueron intervenidas por el Gobierno autonómico. Era el el 30 de marzo, y la tragedia ya era difícilmente evitable. 

Quiero certificar desde aquí que son ciertas las denuncias que están saliendo a la luz por parte de los y las trabajadoras de esta residencia. Tenéis todo mi apoyo. Los ratios de trabajadores por residentes, el tipo de contratos precarios, sus condiciones laborales durante todos estos años y las medidas de protección ofrecidas frente al Covid-19 han sido propias del Tercer Mundo. No voy a hacer ningún tipo de reflexión política hasta que todo esto termine. Ahora toca arrimar el hombro y lo arrimamos. Solo quiero añadir que la gestión privada neoliberal de nuestro estado del bienestar tiene estas cosas; la desgraciada pandemia del Coronavirus sólo lo está sacando a la luz. Algunos lo hemos denunciado desde hace mucho tiempo, y algunos me señalaban de "rojo". Incluso se reían. No soy rojo ni azul ni verde. Las personas mayores son SERES HUMANOS (no una inversión especulativa) - Jorge Cameselle Teijeiro, médico del SERGAS en el PAC de Aldán

La situación de los trabajadores

Los más afectados por esta situación son obviamente los usuarios de los centros. Pero los trabajadores también se encuentran en una situación muy delicada, puesto que tienen que enfrentarse cada día a una terrible realidad que sin duda los desborda. La atención a los pacientes se realiza en medio de una situación caótica a nivel organizativo y en unas condiciones muy precarias.

La asociación de trabajadores de residencias de Galicia (TreGa) ha denunciado públicamente la “insostenible y dramática” situación que se está viviendo estos días: "a la habitual falta de personal en los centros pertenecientes a DomusVi, que incumple sistemáticamente las ratios mínimas de presencias para ahorrar costes, ahora debe añadirse que muchas compañeras se encuentran en cuarentena o de baja médica y los que continúan trabajando lo hacen al límite de sus fuerzas. La empresa de catering se niega a subir la comida a las habitaciones, un trabajo que asumen las limpiadoras con los escasos medios que cuentan, dos limpiadoras han renunciado al contrato porque no podían más y una gerocultora/auxiliar de enfermería que ha comenzado hoy también ha renunciado al enterarse del elevado número de positivos y carecer de las mínimas condiciones de seguridad laboral”, relatan. Desde TreGa vienen alertado desde hace meses la “situación de vulnerabilidad que sufrimos en las residencias privadas de Galicia, incluyendo las públicas de gestión privada, sobre todo las pertenecientes a DomusVi, grupo propietario del mayor número de plazas de la comunidad por abrumadora mayoría, a su vez propiedad de un fondo buitre”.

Nunca hay material suficiente para trabajar, los contratos y condiciones laborales son más que precarios, trabajando en muchos casos hasta 10 días sin descanso, incumpliendo la empresa el convenio colectivo regulador de las relaciones laborales e incluso los acuerdos alcanzados con los comités de empresa de las distintas residencias - TreGa, asociación de trabajadores de residencias de Galicia

A la ya de por si insostenible situación previa del sector hay que sumar la incompetencia de la Xunta en la gestión de la crisis. El resultado se cuenta en muertos y contagiados. Como ejemplo, las declaraciones de unas trabajadoras que aseguran que el personal de la Xunta les comunicó tras la primera reunión que "estaban exagerando" en términos de autoprotección y que "con una mascarilla quirúrgica y unos guantes ya llegaba".

Members of the Spanish army disinfect a nursing home with many cases of coronavirus. This disease is especially rampant with older people, which is coupled with the abandonment and lack of funds in some of these residences, which have become a death trap.

Nos dijeron que no nos hacía falta utilizar más material que ese. No dábamos crédito. Porque cuando vinieron los militares a desinfectar el centro nos dijeron lo contrario. Y la verdad, confiamos más en lo que nos diga el ejército que en lo que nos diga la Xunta ... No se dan cuenta de que estamos abandonando a nuestras familias para cuidar a las de otros - Declaraciones a Faro de Vigo de la auxiliar Marta Molares

Situación en el resto del estado

Este psicópata negocio con nuestros mayores no es único de Galiza. En la Comunidad de Madrid por ejemplo, el 93% de los ancianos muertos en una residencia debido al coronavirus, eran del sector privado

En Euskal Herria, de los 24 muertos que hay en este momento en residencias de la tercera edad, 22 se han producido en el centro privado San Martín de Vitoria, que gestiona Sanitas Mayores. En el centro DomusVi de Leganés, más de 25 residentes han fallecido y más de una decena de trabajadoras se encuentran de baja. En Castilla y León han muerto 332 personas en residencias a las que se les había realizado el test, aunque es imposible saber cuántas de ellas vivían en las 698 residencias de mayores de la comunidad. Lo mismo sucede en Catalunya, imposible saber de momento la cifra exacta, solo sabemos que hay 571 fallecidos, y plantillas muy diezmadas, con más de 3.000 trabajadores contagiados y solo el 4% de las bajas cubiertas. 

Y así podríamos seguir recorriendo todo el estado comparando las muertes en residencias públicas y privadas. Algo que esperemos se pueda realizar en condiciones una vez superemos esta dura crisis sanitaria, y que debería conllevar una investigación en profundidad de la gestión de estas residencias, así como un debate social profundo sobre el modelo de trato a nuestros mayores que queremos.