Los rohinyá de Bangladés no serán obligados a regresar a Myanmar

Los rohinyá de Bangladés no serán obligados a regresar a Myanmar

Es posible que la expulsión planificada se suspenda, mientras que los rohinyá se esconden y las agencias de ayuda advierten que el retorno es demasiado peligroso.

Cientos de miles de rohinyá que huyeron de Myanmar denunciando violación, asesinatos e incendios premeditados, no serán repatriados por la fuerza, dijo el Comisionado de Repatriación y Ayuda a los Rohinyá de Bangladés. "Nadie será obligado a regresar a Myanmar", dijo Abul Kalam a Al Jazeera. Bangladés tiene previsto devolver un grupo inicial de 2.260 rohinyá de 485 familias en el marco del plan bilateral acordado por los gobiernos de los dos países en octubre. Los rohinyá dicen que están aterrados de regresar a Myanmar, con su mayoría budista   No obstante, la agencia de refugiados de las Naciones Unidas y los grupos de ayuda se opusieron a la medida: Reiteran que la minoría perseguida por mucho tiempo no puede ser devuelta por la fuerza, y de este modo causan confusión sobre si las repatriaciones seguirán adelante. "Sobrevivieron a las atrocidades, así que es natural que teman regresar", dijo Kalam. Más de 700.000 rohinyá huyeron a Bangladés el año pasado para escapar de una brutal represión del ejército en el estado Rakhine, en Myanmar, en 2017, acusando a los soldados del gobierno y a los budistas locales de masacrar familias, quemar cientos de aldeas y llevar a cabo violaciones masivas de pandillas. Myanmar niega las acusaciones cerciorando que las fuerzas de seguridad lucharon contra rebeldes armados. El campamento de refugiados rohinyá en Cox´s bazar en Bangladés   Cuando a los representantes birmanos se le preguntó si a los rohinyá, la mayoría de los cuales residen en extensos campos de refugiados en el Cox's Bazar de Bangladés, se les garantizaría un retorno "seguro y digno", Kalam dijo: "Todo se hace según el acuerdo entre Bangladés y Myanmar. Espero que las autoridades de Myanmar cumplan su palabra ". Sin embargo, los términos del acuerdo de repatriación nunca se han hecho públicos.

El plan para comenzar a devolver a los rohinyá a Myanmar se introdujo pocos días después de que los investigadores de la ONU advirtieron sobre el "genocidio en curso" contra la minoría mayormente musulmana.

Marzuki Darusman, presidente de la Misión de Investigación de la ONU en Myanmar, dijo que más allá de los asesinatos en masa, el conflicto incluyó la exclusión de la población, la prevención de nacimientos y el desplazamiento generalizado a campamentos. A principios de esta semana, Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, instó a Bangladés a detener el plan de repatriación, diciendo que violaba el derecho internacional. Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos

"Estamos presenciando el terror y el pánico entre los refugiados rohinyá en Cox's Bazar que están en riesgo inminente de ser devueltos a Myanmar en contra de su voluntad", dijo Bachelet.

"Expulsar por la fuerza o devolver a los refugiados y solicitantes de asilo a su país de origen sería una clara violación del principio legal central de no devolución, que prohíbe la repatriación cuando haya amenazas de persecución o riesgos graves para la vida y la integridad física o la libertad de los individuos ".

Los rohinyá huyen de campos a bosques

Los propios rohinyá han dicho que están aterrados de regresar al país de mayoría budista.

"La gente no quiere volver a Myanmar por falta de seguridad", explica Foyazullah, un rohinyá de 43 años que vive en un campo de refugiados en Cox's Bazar. "La gente a cargo de los campamentos está acosando a la gente. Como resultado, muchas familias han huido y se esconden en los bosques cercanos". A finales del mes pasado, un grupo de refugiados rohinyá envió una lista de 10 demandas al líder de Myanmar, Aung San Suu Kyi, diciendo que la asediada comunidad solo regresaría cuando se cumplieran sus condiciones. Una vez aclamada como campeona en la lucha por la democracia, Aung San Suu Kyi ha enfrentado un intenso escrutinio sobre su respuesta a la crisis de los rohinyá.

Ha sido despojada de una serie de honores internacionales, y el caso más reciente fue cuando Amnistía retiró su máximo galardón citando su "indiferencia" ante la difícil situación de los rohinyá.

Imtiaz Ahmed, profesor de la Universidad de Dhaka, dijo que había una preocupación creciente por el hecho de que los rohinyá todavía no eran "bienvenidos en la tierra de Myanmar". "He visto informes que dicen que las condiciones en Myanmar todavía no son adecuadas para el retorno", dijo. "Esto obviamente genera preocupación". En los días previos a la expulsión del jueves, Human Rights Watch informó que Bangladés había desplegado su ejército en los campamentos, aumentando el temor de retorno de los refugiados. Soldados imponen disciplina en el campo de refugiados "El gobierno de Bangladés se asombrará al ver la rapidez con que la opinión internacional se vuelve contraria si comienza a devolver a los refugiados rohinyá que no están dispuestos a estar de nuevo en peligro en Myanmar", dijo en una declaración Bill Frelick, director de derechos de los refugiados del grupo. "Que Dhaka desplegara su ejército en los campamentos es una bandera roja que esta comunidad aterrorizada no está dispuesta a regresar".

El gobierno de Myanmar ha pregonado en todas las ocasiones en que una familia rohinyá ha regresado. Sin embargo, muchos temen volver al país sin derechos garantizados como la ciudadanía, el acceso a la atención médica y la libertad de movimiento, derechos que se les negaron mucho antes de la represión del año pasado.

Los rohinyá no son considerados como uno de los 135 grupos étnicos oficiales de Myanmar y se les ha negado la ciudadanía desde 1982, lo que los ha convertido en apátridas.

Ro Nay San Lwin, un activista de los rohinyá, dijo que Myanmar estaba tratando de reubicar a la fuerza a los rohinyá para evitar ser procesados por la Corte Penal Internacional.

En septiembre, la CPI dictaminó que podía procesar a Myanmar por presuntos crímenes de lesa humanidad contra los rohinyá, una decisión sin precedentes que podría exponer a cargos a los políticos y líderes militares del país. "Piensan que permitir que las personas regresen a Myanmar les ayudará", dijo Nay San. "Sin embargo, no están cumpliendo con las demandas de los refugiados".