Políticos enfermos y problemática social por el coronavirus en Ucrania
Artículo de Aleksei Vaskevich (Kiev, Ucrania)
Las noticias sobre el aparición de una nueva forma de gripe denominada COVID-19 en China comenzaron a aparecer en los medios de comunicación ucranianos en enero. Al principio, no le dieron mucha importancia, incluso después de las noticias de los primeros muertos. En primer lugar, estaba ello ocurría lejos. En segundo lugar, incluso teniendo en cuenta la gravedad de la enfermedad y comparándola con la gripe aviar y porcina, que se manifestó anteriormente en Ucrania, la sociedad ucraniana cuestionó el peligro y la gravedad de estas enfermedades. La causa reside en Yulia Tymoshenko, quien cuando era primera ministro, con el pretexto de combatir la epidemia de gripe, compró a precios inflados la sustancia "Tamiflu". Un escándolo muy presente en la sociedad ucraniana.
Sin embargo, después de que el nuevo coronavirus cubriera Italia y España con toda clase de complicaciones, en Ucrania quedó claro que la situación es mucho más grave de lo que parece a primera vista.
La diáspora del coronavirus
En Ucrania, no existen fuertes lazos culturales y económicos con China. Sin embargo, Italia y España son países muy comunes para la migración laboral. Generaciones enteras de ucranianos han estado viajando durante mucho tiempo a Europa en busca de trabajo, ofreciéndose en el mercado laboral local como mano de obra barata. Esto se refiere especialmente al sector de servicios, cuando las empleadas domésticas y las enfermeras contratan a mujeres ucranianas para los ancianos, que corren el mayor riesgo de enfermedad mortal a causa del virus COVID-19.
Cerrar las fronteras de Italia y España contribuye a una caída de los ingresos de los ucranianos, lo que afecta al bienestar material de sus familias en su país de origen. Además, es muy probable que los ucranianos que están activamente en contacto con los europeos, sin sospecharlo, traigan coronavirus a Ucrania, infectando a sus familiares, vecinos y a todos aquellos con quienes entran en contacto. Hoy, las autoridades ucranianas tuvieron que bloquear 9 asentamientos en la región de Chernivtsi (fronteriza con Rumania) debido a un brote de resfriados, cuyo agente causal se sospecha que es un coronavirus. Los lugareños señalan que recientemente muchos ucranianos que trabajaban en Europa han regresado en masa.
La situación se complica por el hecho que todavía no hay pruebas para el coronavirus. A pesar de que ue el presidente Zelensky informa regularmente sobre los éxitos de que su equipo logró obtener un buen número de pruebas para suministrar a todos los centros de atención médica, los equipos médicos se niegan a usarlos bajo varios pretextos. Por ejemplo, a los médicos les preocupan las temperaturas superiores a 38 grados y la tos. Todo lo que no se encuentre dentro de los síntomas oficiales de COVID-19 se ignora. Las ambulancias se presentan en casos extremos, aconsejando bajar la temperatura con paracetamol y té caliente. Los que son llevados al hospital, los son después de repetidas llamadas y, muy probablemente, ya en estado grave. E incluso entonces, las pruebas de coronavirus se realizan después de una radiografía de los pulmones y otras pruebas para no desperdiciar los test a la ligera. Por lo tanto, nadie cree en el número oficial de casos del Ministerio de Salud, lo que da a entender que hay muchos más que los reconocidos oficialmente.
No hay suficientes medios simples de desinfección y protección, como máscaras médicas, antisépticos y guantes desechables. Las personas usan medios improvisados: alcohol, y usan máscaras deportivas y respiradores industriales como máscaras.
Debido a la falta de máscaras médicas, los conflictos y los escándalos de corrupción aparecen más. Incluso antes de que se anunciara la cuarentena oficial con todas las restricciones, se compraron máscaras médicas en almacenes y se vendieron para su exportación a China y Europa.
Entonces, en uno de estos escándalos, el diputado del pueblo de la facción "Sierviente del Pueblo" (con mayoría absoluta en el parlamento ucraniano) y propietario de una clínica médica Boris Mikhail Radutsky, fue acusado de comprar y revender casi 20 millones de máscaras médicas. A su vez, él lo niega a pesar de las pruebas. En Ucrania, con sorna distribuyen un video de TVE de descarga en España de máscaras médicas fabricadas en Ucrania. También se abrió una causa penal contra el ex primer ministro Aleksey Goncharuk debido a la exportación de máscaras. Él se defiende con el argumento de que en el momento de la venta de máscaras en el extranjero no había restricciones legislativas sobre las exportaciones. Aunque las mascaras llegadas a España tienen fecha de producción de cuando ya no se podían exportar.
Mala coyuntura económica
De particular preocupación son las medidas restrictivas de cuarentena que se han introducido que tienen implicaciones para las pequeñas y medianas empresas. A diferencia de los países europeos, a los cuales las autoridades ucranianas ponen de ejemplo, las garantías sociales y la protección para empleadores y trabajadores en Ucrania son muy diferentes.
El estado no puede garantizar una compensación por el tiempo de inactividad y la falta de pedidos durante una pandemia, lo que plantea serias preocupaciones sobre su futuro, tanto para los dueños de negocios como para sus empleados. El salario promedio real para el sector de servicios en Ucrania es de unos 350-500 euros. Esta cantidad no es suficiente para formar un colchón de seguridad financiera. Si la cuarentena dura más de lo declarado, causará no solo graves consecuencias económicas, sino que también puede convertirse en conflictos sociales candentes. Hoy, muchos están nuevamente en busca de armas de fuego, preparándose para lo peor, como fue el caso en 2014 debido a la agresión militar de la Federación Rusa.
La prohibición del funcionamiento del transporte público en ciudades y regiones también causa problemas. Muchos ucranianos no tienen sus propios automóviles, lo que limita su capacidad de moverse, incluso al trabajo, si es que sus empresas están abiertas, como supermercados e instalaciones médicas.
Para muchos, todavía no está claro por qué hay un porcentaje tan bajo de enfermos. Se supone que Ucrania se encuentra en una zona de riesgo particular por las consecuencias de la enfermedad asociada con el coronavirus debido al mal estado del sistema de salud, que puede ser aún peor que en Italia. Sin embargo, de momento todo está tranquilo, los hospitales no están sobrecargados, y en la calle los pacientes obvios no reciben la atención de la ciudadania. Por lo tanto, les parece desproporcionado el peligro y la restricción del movimiento, la pérdida del trabajo y un futuro oscuro, todo ello provoca aun más irritación en la sociedad y hace aumentar la agresividad en el día a día.
Clase política y religiosa irresponsable
Es sorprendente que políticos destacados se hayan convertido en un grupo vulnerable para el COVID-19. Se ha confirmado el diagnóstico positivo en el diputado Sergei Shakhov, y luego también su esposa. En medio de la pandemia del coronavirus en Europa, visitaron la zona de esquí de Courchevel en los Alpes, y luego Shakhov se fue a trabajar al parlamento sin tener miedo de infectar a otros diputados.
El coronavirus en el parlamento continúa propagándose. Cabe señalar que la mayoría de los políticos y funcionarios se tomaron la enfermedad a la ligera, descuidando el autoaislamiento y los remedios. Por ejemplo, el mismo Sergey Shakhov se opuso previamente a la introducción de la cuarentena, sin creer en el peligro de la enfermedad.
Sin embargo, no hay pánico e inquietud hasta ahora. No hay colas en la mayoría de tiendas. La gente comenzó a hacer más pedidos por internet. En algunas situaciones, incluso recurren al humor. Las bromas sobre la iglesia son especialmente populares. Así por ejemplo los representantes del Patriarcado de Moscú niegan la presencia de un virus peligroso e instan a asistir a eventos religiosos en sus instituciones. En algunas aldeas, se llevan a cabo ritos religiosos que, según el plan, deberían prohibir o expulsar el coronavirus. Y el jefe de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev Filaret acusó a los representantes LGBT+ de la aparición de un coronavirus, como castigo para toda la humanidad por sus pecados.
Aleksei Vaskevich (Kiev, Ucrania)