The environmental photographer of the year 2018 es un evento fotográfico tiene como objetivo revelar el estado actual del medio ambiente en el mundo, tanto de las personas como de los animales que viven en él. Por desgracia, cada vez son más los documentos gráficos que nos llegan sobre cómo estamos acabando con la vida en el planeta.
El concurso está dirigido por la Institución Autorizada de Gestión del Agua y del Medio Ambiente (CIWEM), un organismo profesional, oficial y colegiado. Se han recibido capturas de 89 países diferentes pero, sólo fueron cinco los fotógrafos seleccionados como ganadores por sus habilidades narrativas, su técnica de alta calidad y sus catastróficos mensajes.
El ganador en 2018 fue el iraní Saed Mohammadzadeh, con una foto titulada
End Floatin. La imagen muestra un barco sobre la sal del lago Urmia en Irán, su país natal,donde el cambio climático ha intensificado la sequía y la proliferacion de presas y pozos ilegales han agrabado el problema.
Dryness de Chinmoy Biswas, India, es la imagen ganadora del Premio "Cambios Climáticos" y en ella se ve a un niño sentado sobre tierra que se ha agrietado debido a la sequía y la deshidratación ; los períodos largos de sequía pueden hacer que el suelo permanezca abierto bajo tierra incluso después de que se hayan sellado visiblemente en la superficie.
And life rises de Younes Khani Someeh Soflaei, Irán, es la imagen ganadora del Premio de "Medio Ambiente Construido" y, en ella, se ve a una mujer y su pequeña hija de pie junto a los artículos dañados que pudieron recuperar de los escombros de su casa en Sarpol-e Zahab, Irán, tras un devastador terremoto que azotó la región en 2017 y mató a más de 600 personas.
Bulrush por Ümmü Kandilcioğlu, Turquía, es la imagen ganadora del Premio "Sostenibilidad en práctica" y en ella se muestra a un trabajador haciendo paja de las cañas para ganarse la vida.
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Not in my Forest de Calvin Ke, Malasia, vemos como la contaminación plástica ha sido uno de los principales temas de atención de los medios de comunicación en 2018. Un macaco de cola de cerdo del sur, en las remotas selvas de Borneo, Malasia, contiene una de las 1 millón de botellas de plástico que se producen cada minuto. Muy pocos son reciclados.
Happinees on a rainy day de Fardin Oyan, Bangladesh, es la imagen ganadora del Premio "Joven Fotógrafo Ambiental del Año" y en ella vemos a unos niños de Bangladesh jugando bajo la lluvia y en los charcos; el país es plano y está ocupado por el enorme delta del Ganges-Brahmaputra, por lo tanto, está expuesto a las inundaciones, especialmente durante la temporada de monzones.
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Boulmigou: The paradise of forgotten hearts, de Antonio Aragón Renuncio, Burkina Faso, los niños juegan con neumáticos viejos que se queman para calentar la roca y hacerla más frágil en la contaminada cantera de Boulmigou con las terribles consecuencias que eso conlleva; incendios, enfermedades respiratorias, contaminación de aguas subterráneas, contaminación brutal que destruye el ambiente ... la muerte.
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Floating life on river under pollution de Tapan Karmakar, India, se ve a un vendedor de sandías en su puesto/barca ambulante que flota en el contaminado río Buriganga, en Bangladesh
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Save Turtle de Jing Li, Sri Lanka, se muestra el rescate de una tortuga que ha quedado atrapada en una de esas trampas mortales que hay en los océanos de plástico que el hombre ha generado.
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Urban life in Singapore de Thigh Wanna, Singapur, se da una idea de la superpoblación que sufre el país. Alrededor del 80 por ciento viven en edificios de apartamentos de gran altura. La contaminación atmosférica sigue siendo un problema importante en varios lugares de Asia.