Es una realidad de la que todos somos conscientes. Pero de la que es difícil escapar. Se trata del postureo online, esa imperante necesidad de contarle al mundo lo bien que vivimos, lo felices que somos y lo mucho que aprovechamos el tiempo. Se trata seguramente de una expresión de nuestras propias inseguridades, una forma de autoafianzarse vendiéndole a los demás una realidad enlatada y artificial construida sobre nosotros mismos y adornada al extremo eligiendo la pose adecuada, el lugar más envidiable y el filtro que modernice nuestras imágenes. Buscamos el visto bueno de nuestra tribu para poder sentirnos a gusto con nosotros mismos. "Has visto que guay soy? Estoy viajando a tope, ves? aprovecho mi vida como si cada día fuese el último! Soy coooooool, DAME UN LIKE!!" es lo que parece que griten la gran mayoría de cuentas de Instagram, la plataforma donde más evidente se hace este trauma del siglo XXI. Y el tema donde más claramente podemos observar esta realidad es respecto al turismo. Se vuelve casi obligatorio viajar regularmente a algún lugar paradisíaco para tener una cuenta de instagram molona. No es lo mismo hacerse un selfie delante de la lavandería de la esquina que en una playa de Tailandia, eso es obvio. El problema es que todas las fotos que hacemos son iguales. Como prueba, el siguiente vídeo de Oliver KMIA:   Instravel - A Photogenic Mass Tourism Experience from Oliver KMIA on Vimeo.   El propio autor explica el origen y significado del vídeo: "Se me ocurrió esta idea el año pasado cuando viajaba a Roma. Quería echar un vistazo a la popular Fontana de Trevi, pero nunca logré acercarme a ella. El lugar estaba tomado por cientos de turistas, algunos de ellos incluso formaron una enorme fila para conseguir un lugar frente a la Fuente. No hace falta decir que estaba muy enojada por esta visión y me fui al Panteón, que no estaba menos abarrotado. Me sorprendió la cantidad de gente que caminaba por la ciudad, pero yo era uno de ellos, ni mejor ni peor. Como todos estos turistas, quemé cientos de litros de combustible para llegar allí, me apresuré a visitar la ciudad en pocos días y me alojé en un hotel en el centro de la ciudad. Entonces, recordé un video que vi unos meses antes del artista Hiérophante. Decidí hacer este tipo de vídeo sarcástico pero con el enfoque en los viajes y el turismo masivo. Hiérophante admitió que su video era "cliché" y que se inspiró en otros videos. Así que básicamente me estoy burlando de algo de lo que soy parte. La ironía es evidente. Si bien la era del turismo mundial masivo y los viajes mundiales se abrieron en los años 60 y 70 con el desarrollo de los Jumbo Jets y las aerolíneas de bajo coste, hay una nueva tendencia que consiste en tomar fotos en todas partes para compartirlas en las redes sociales. Durante mi viaje, sentí que muchas personas realmente no disfrutaban el momento y estaban conectados a sus teléfonos inteligentes. Como si el objetivo final de los viajes fuera jactarse de ello en línea y correr tras los likes y los seguidores".   Hiérophante - Clichés (Official Music Video) from Hiérophante on Vimeo.   Parece que viajar se ha convertido en una actividad destinada a conseguir imágenes que mostrar a nuestro círculo de conocidos, dejando de lado la propia experiencia en sí. Al igual que sucede en conciertos, exposiciones o atardeceres, cada vez más nos dedicamos a observar y capturar esas experiencias a través de nuestros dispositivos móviles. Una especie de síndrome digitalizador de la realidad con el objetivo de mostrar una versión dulcificada de nosotros mismos a los demás, y demostrarnos que nuestra vida vale la pena. Somos animales simples con una nueva herramienta muy potente. Ya se nos pasará.