PROTESTAS EN RUSIA: ¿CÓMO, POR QUÉ Y QUÉ ESPERAR?

Oposición rusa: sin sentido, sin piedad (parte II)

En la primera parte de este reportaje analizábamos la situación creada en los últimos meses entre la oposición fuera del sistema y las autoridades rusas, qué es lo que había sucedido y qué condenas se habían impuesto. Ahora nos centramos en las acciones emprendidas por unos y otros, opositores y autoridades.

La libertad no la regalan, hay que cogerla
La libertad no la regalan, hay que cogerla
Oposición rusa: sin sentido, sin piedad (parte II)

¿Actuación de la oposición?

Los líderes y responsables morales (aunque no legales) de estas condenas se encuentran todos en la libertad. Ayudan con la recogida de medios y la organización de la defensa legal de los detenidos. Aunque ellos mismos reconocen que sus capacidades son limitadas. Acusan a las autoridades de bastantes violaciones de sus derechos y represiones varias, en la mayoría de casos o bien sin presentar pruebas o bien por hechos ocurridos dentro de la legislación.

Ha habido colectivos, como el de actores que si se han involucrado más, como por ejemplo Pavel Ustinov, un joven actor detenido sin provocación previa por su parte. Las autoridades lo querían juzgar por la lesión que sufrió un policía durante la detención. Finalmente la presión social hizo que el caso se archivara. Por muchos otros no hay tanta unanimidad, especialmente poco apoyo tiene Sinitsa (el de matar a los hijos a los policías).

Por todo ello lo que le queda a los opositores es hacer suya la causa de los detenidos e intentar mediante ella subir enteros. Durante estas semanas los opositores tampoco han tenido problemas para tomarse unas vacaciones y volar a EE.UU., Navalniy con su esposa, o al mar Adriático, Lyubov Sobol.

Lyubov Sobol dirigiéndose a la multitud

La oposición también intenta tímidamente involucrar a los países de la UE o a EE.UU. en discutir y denunciar la situación interna rusa, pero obvian que en muchos países la justicia y la policía actúan de una manera bastante más dura que la rusa.

En general la oposición rusa no genera grandes ideas para el futuro del país más allá del cambio de de dirección. “Que se vayan los que están ahora y nos dejen a nosotros!” Es en líneas generales lo que promueve Navalniy y sus seguidores. Nuestra policía no pegará a la gente, no tendremos casos de corrupción ya que lustraremos a los agentes del orden y a los funcionarios, y nos llevaremos bien con todo el mundo. Algo así como en contra de todo lo malo y a favor de todo lo bueno. Una actitud cercana al populismo.

Obvian por completo las relaciones internacionales, los intereses nacionales o que la policía pega igual o peor en EE.UU., Alemania o España mismo. Prácticamente todas sus promesas se toparían de bruces con la realidad si llegan a tener el más mínimo poder. Quizás ellos son conscientes de ello y hacen lo que pueden, sin mucho sentido, y sin demasiada piedad por la gente que dejan en el camino, como los últimos condenados.

Mujer con un muñeco policía antidisturbios

¿Cuál ha sido la posición de las autoridades?

Las autoridades han reaccionado con mano dura y cierta desorganización. En general el estado no ha temblado a la hora de las condenas o reprimir a su disidencia, algo que hace a niveles medios de Europa. Aun así, en los casos polémicos o que han despertado recelos en la sociedad, si ha habido titubeos, como con el actor Ustinov.

Algo parecido pasó con el caso del periodista Gorunov, detenido hace unos meses cuando trabajaba en un caso que investigaba esquemas de corrupción en el ministerio del interior. Lo acusaron de traficar con narcóticos. Todo el caso despertó muchos recelos y fue finalmente archivado con la promesa de condenar a los policías culpables, algo que no parece que se haya hecho al final.

De todos modos la actitud de las autoridades hacia la oposición se basa en calificarlos de manera directa o indirecta como 5ª columna. Unas acusaciones que pueden tener cierta base en unos pocos casos, pero que obvian en la mayoría de ellos que son simplemente personas que opinan diferente y quieren cambiar el país en lo que ellos consideran a mejor.

Así mismo las autoridades parecen obviar los numerosos casos de corrupción que hay en sus filas. Prometen año tras año una Rusia maravillosa, pero año tras año esta no llega. Sus promesas recuerdan cada vez más a las de los líderes soviéticos antes de la Perestroika. Además por el celo propio no están dejando crecer a una sana oposición democrática, lo que hace que el descontento de fondo, no expresado en protestas, sino el que se asienta poco a poco en la cabeza de los rusos, vaya creciendo. Crimea o la victoria en Siria están muy bien para unos minutos de orgullo nacional, pero el día a día es una cosa muy diferente.

Perspectivas

Por un lado está una oposición que a grandes rasgos a día de hoy se auto-alimenta de promesas y eslóganes que repiten como mantras, lo cual no los hace para nada más realistas. Para Navalniy y los suyos su apoyo social es muy grande, pero debido a su ausencia de la TV y las limitaciones en los estudios sociales, esta no se ve de manera adecuada. Igualmente para ellos la sociedad no apoya las políticas de Putin o de sus representantes en las ciudades y regiones.

Todo ello puede ser cierto entre los seguidores de la oposición, clase inteligente de las grandes ciudades, pero el hecho de que un domingo de septiembre, cuando la gente ya no está fuera por vacaciones, no hayan podido juntar más de 25 mil personas, y eso en el mejor de los casos y en una aglomeración de más de 15 millones de personas, dice que su apoyo real es escaso.

Poster que pide la liberación de de un detenido presunto preso político

La oposición se agarra a cualquier problema haciéndolo suyo. Cogen cualquier traspiés del partido en el poder para hacerlo suyo, aunque lo hayan conseguido otros partidos, como LDPR o los Comunistas. No tienen un programa claro en demasiados campos y no parecen listos ni de lejos para gobernar un país complicado a tantos niveles como Rusia.

Dicho todo ello tampoco se puede dejar de lado que Rusia Unida está sumida en numerosos casos de corrupción, que muchos amigos de Putin se han hecho multimillonarios durante su mandato. Que el nivel de vida de los rusos está estancado, sino cayendo en los últimos años. El cansancio de la población con la clase dirigente es tangible.

El Kremlin también lo entiende y recorta el gasto en defensa en los últimos años a favor del gasto social, pero ni así consigue una clara subida de su popularidad. Ello deja a unas autoridades que tienen problemas en seguir gozando de la confianza del electorado y una oposición sin demasiado apoyo que no es capaz de ofrecerse como una alternativa real a las élites existentes.

Tras el desastre que supuso la desintegración de la URSS, no parece que los rusos vayan a apostar otra vez por promesas vagas de supuesta libertad a cambio de desmantelar el estado. Y en caso de llegar al poder alguien que exprese los deseos del pueblo, es más que posible que en Rusia sea alguien de una fuerte inclinación nacionalista. Putin a su lado parecerá un político de centro bastante equilibrado, algo que de todos modos es a su manera, un equilibrista bastante hábil entre las diferentes caras del estado ruso.