¿Son los cultivos de cobertura la nueva arma contra la crisis climática?

Los científicos, agricultores y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) se están uniendo en torno a una idea que permitirá extraer toneladas de carbono de la atmósfera y devolverlas a la tierra según afirman sus defensores. Un estudio elaborado por Nature Conservancy, uno de los mayores e importantes grupos ecologistas de Estados Unidos, ha demostrado que "un tipo de agricultura sin labranza que incluye la plantación de cultivos de cobertura y alimentos ricos en nutrientes, como las hortalizas de raíz, durante la temporada baja podría capturar hasta el 10% de la huella de carbono mundial". ¿De qué hablamos cuando hablamos de  cultivos de cobertura? ¿Es realmente un método efectivo contra la crisis climática? 
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Los cultivos de cobertura son cultivos que se siembran con el objetivo de mejorar la fertilidad del suelo y calidad del agua, controlar malezas y plagas, e incrementar la biodiversidad en sistemas de producción agroecológicos.
¿Son los cultivos de cobertura la nueva arma contra la crisis climática?

¿Qué son los cultivos de cobertura?

Los cultivos de cobertura son cultivos orientados a mejorar la fertilidad del suelo y la calidad del agua, controlar malezas y plagas e incrementar la biodiversidad en sistemas de producción agroecológicos. Según algunos expertos, además, sirven para capturar el carbono, hecho que ayudaría a combatir el cambio climático.

La agricultura ha realizado un trabajo magistral al alimentar a la creciente población mundial. Ha sido menos maravilloso para el clima. Durante miles de años, el arado ha mezclado compuestos subterráneos que contienen carbono con oxígeno atmosférico, creando dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero que impulsa el calentamiento global. Los investigadores estiman que la agricultura a lo largo de la historia ha desenterrado aproximadamente 133 mil millones de toneladas de carbono, una cantidad equivalente a casi 14 años de emisiones globales a los niveles actuales - The Washington Post

Las prácticas de guardar el carbono debajo del suelo, reunidas bajo el término "agricultura regenerativa", se han practicado durante décadas o siglos en algunos lugares. La siembra sin labrar en el suelo despegó después del devastador Dust Bowl, calificada como uno de los perores desastres ecológicos del siglo XX. El Dust Bowl impulsó la búsqueda de formas de evitar una mayor pérdida de suelo, y la práctica ahora incluye más de una quinta parte de las tierras agrícolas de Estados Unidos. 

El Dust Bowl fue provocado por condiciones persistentes de sequía, que fueron favorecidas por años de prácticas de manejo del suelo que dejaron al mismo muy vulnerable a la acción de las fuerzas del viento. El suelo, despojado de humedad, era levantado por el viento en grandes y arena muy espesas que escondían el sol. El adverso fenómeno multiplicó los efectos de la Gran Depresión y provocó el mayor desplazamiento de población habido en un corto espacio de tiempo en la historia de Estados Unidos. Tres millones de habitantes se vieron forzados a dejar sus granjas y más de medio millón emigró a otros estados. Se calcula que fallecieron unas 5 millones de personas a causa de la hambruna - Donald Worster

¿Es un método efectivo contra la crisis climática?

Recientemente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha mostrado como firme partidario de la iniciativa que pretende impulsar los cultivos de cobertura en Estados Unidos. En el discurso que efectuó en el anuncio de su Secretario de Agricultura Tom Vislack, afirmó que sus políticas harán que "la agricultura estadounidense sea la primera en alcanzar las emisiones netas cero". Para ello, Biden y Visalck pretenden, "crear nuevas formas de ingresos para los agricultores en el proceso, pagando a los agricultores para que pongan sus tierras en conservación, plantando cultivos de cobertura que usen el terreno para capturar carbono".

Uno de los beneficiados por el cambio de rumbo es Trey Hill, un agricultor de Maryland (EE.UU.), que obtuvo a principios de año 150.000 dólares por las más de 8.000 toneladas de carbono que consiguió capturar. El dinero provino de corporaciones e individuos que quieren de una manera compensar las emisiones de carbono producido por sus actividades. Hill uso las ganancias para comprar equipos que espera le permitan eliminar aún más carbono.  

El pasado otoño, Hill, que cultiva 10.000 acres, recogió una considerable cantidad de maíz, e inmediatamente después plantó centeno, nabos y otras especies, que formaron a principios de enero, una alfombra verde que recubría el suelo. El enfoque agrícola de Hill se podría resumir con la siguiente frase: "nunca quieras ver el suelo". A medida de crezcan los cultivos de cobertura de invierno, alimentarán a los microbios y mejorarán la salud del suelo. Hill cree que esto se traducirá en mayores rendimientos de los cultivos que le proporcionan ingresos, tales como el maíz, la soja y el trigo. Pero igualmente importante, de este modo extraerán dióxido de carbono de la atmosfera y lo almacenarán en el suelo. De este modo, Hill se encuentra en la vanguardia de lo que muchos creen que será una poderosa solución climática.

Admitió que se metió en cultivos de cobertura porque el Estado le pagó: "no teníamos intención de hacerlo por el clima", afirmó. Sin embargo, desde entonces se ha convertido en un verdadero creyente.

Ahora mezcla centeno y otros pastos de rápido crecimiento con leguminosas como el trébol y las lentejas, cuyas raíces albergan bacterias fijadoras de nitrógeno. También planta cultivos de raíces como rábanos y nabos para aflojar y airear el suelo. Si bien la mayoría de los agricultores matan sus cultivos de cobertura en marzo, tan pronto como el estado lo permite, Hill permite que las plantas crezcan más altas que él, para maximizar la masa de raíces y las ganancias de carbono. Las extrae justo antes de plantar su cultivo comercial en mayo - The Washington Post

No obstante, hay barreras que impiden que más agricultores sigan su ejemplo, afirma Hill. Ha tenido que comprar equipos especializados y la agricultura respetuosa con el clima aún no se ha traducido "en mayores rendimientos o precios superiores". "Hace la vida muchos más difícil y no necesariamente más rentable", subraya. "Si a los agricultores se les pagara por el carbono que se acumula en sus suelos, tendrían un mayor incentivo para adoptar prácticas respetuosas con el clima", sentencia. 

Según los expertos en la materia, si los agricultores de todo el mundo adoptaran métodos "regenerativos" similares, se podría capturar una parte considerable de las emisiones de dióxido de carbono emitidos en el mundo. Sin embargo, algunos dudan de que los suelos cultivados puedan "almacenar carbono de manera confiable el tiempo suficiente para marcar una diferencia para el clima", "que sean realmente efectivos”, o que "los cambios en el carbono del suelo puedan medirse con precisión de manera asequible". Otros creen que este método le puede servir a la industria alimentaria y agrícola contaminante para mostrarse más respetuosa con el medio ambiente, al tiempo que entorpece una acción climática más contundente.

Implementar esa idea es un desafío. El carbono se acumula lentamente en el suelo y los intentos anteriores de pagar a los agricultores por él fracasaron cuando los costos de verificar las ganancias de carbono excedieron lo que los compradores estaban dispuestos a pagar. Los partidarios de los nuevos mercados de carbono del sector privado esperan que los modelos informáticos alimentados por datos de campos agrícolas, satélites y sensores de carbono portátiles puedan medir y predecir las ganancias de carbono del suelo de forma más económica y fiable - The Washington Post

A medida que la conciencia sobre la amenaza del cambio climático ha ido creciendo dentro de la comunidad científica, algunos comenzaron a preguntar si el carbono que ya está presente en la atmósfera podría capturarse y devolverlo al suelo. Al respecto, un equipo dirigido por la científica del suelo de Nature Conservancy Deborah Bossio estimó a principios de 2020 que, si el suelo se protegía y se reponía a nivel mundial, "podría proporcionar casi el 20% de la reducción de dióxido de carbono necesaria para evitar una catástrofe climática a corto plazo".

Un meta análisis global reciente estimó que si se plantaran cultivos de cobertura en el 15% de las tierras de cultivo del mundo los suelos podrían absorber entre en 1 y el 2 % de todas las emisiones de combustibles fósiles. En diciembre, el presidente estadounidense afirmó que pagará a los diferentes agricultores para plantar cultivos de cobertura y que su equipo de la USDA ha pedido la creación de un "banco de carbono" dentro de los primeros 100 días de su administración para incentivar económicamente a los agricultores, ganaderos y propietarios de bosque que apuesten por el cambio.  Sin embargo, aunque el USDA ya ofrezca subvenciones de tres años para alentar a los agricultores a cultivar cultivos de cobertura, el impacto de las mismas es limitado. Un censo de la USDA de 2017 encontró que los cultivos de cobertura llenaron menos del 4% de las tierras de cultivo estadounidense.

Fuente: The Washington Post