Aunque fue un 27 de marzo de 1961 cuando el Instituto Internacional del Teatro (IIT) decidió que esa fecha sería la oficial para conmemorar el Día Mundial del Teatro, no fue hasta el año siguiente cuando se celebró por primera vez. El IIT eligió esa fecha para la celebración porque justo coincidía con la inauguración del Teatro de las Naciones de la UNESCO, que reuniría en París a representantes de todos los países del mundo El objetivo de fijar un Día Mundial para el teatro fue hacer que las artes escénicas no perdieran importancia y darlas a conocer ante mayor número de personas. Todos los años se pronuncia un discurso que es traducido a más de 20 idiomas y leído ante decenas de miles de espectadores. El primer discurso lo dio el cineasta francés Jean Cocteau, y el de la conmemoración del 50 aniversario del Día Mundial del Teatro fue pronunciado por el actor John Malkovich quién dedicó unas palabras a sus compañeros de teatro: “Que vuestro trabajo sea convincente y original. Que sea profundo, conmovedor, reflexivo y único” Jean Cocteau pronunció el primer discurso del Día Mundial del Teatro. FUENTE: MASTER LAV Este año, es el director de escena cubano Carlos Celdrán, el que leerá el Mensaje del Día Mundial del Teatro. Un mensaje que empieza así:

Antes de mi despertar en el teatro, mis maestros ya estaban allí. Habían construido sus casas y sus poéticas sobre los restos de sus propias vidas. Muchos de ellos no son conocidos o apenas se les recuerda: trabajaron desde el silencio, desde la humildad de sus salones de ensayo y de sus salas llenas de espectadores y, lentamente, tras años de trabajo y logros extraordinarios, fueron dejando su sitio y desparecieron. Cuando entendí que mi oficio y mi destino personal sería seguir sus pasos, entendí también que heredaba de ellos esa tradición desgarradora y única de vivir el presente sin otra expectativa que alcanzar la transparencia de un momento irrepetible. Un momento de encuentro con el otro en la oscuridad de un teatro, sin más protección que la verdad de un gesto, de una palabra reveladora...