En el año 1880 se inició el proyecto de construcción de un gran túnel bajo los Alpes que uniría la ciudad de Brig, en Suiza, con el pueblo de Iselle en Italia. El lugar elegido para llevar a cabo las obras fue el macizo del Simplón y no fue hasta 18 años más tarde cuando empezaron las excavaciones del primer túnel. Más de 4.000 trabajadores hicieron las labores de perforación en la parte suiza y casi 10.000 estuvieron en el lado italiano. El trabajo era muy duro, ya que las temperaturas alcanzaban en el interior del túnel los 45 grados y muchas veces las galerías se inundaban por las aguas de los manantiales que se iban encontrando. Finalmente 67 personas perdieron la vida durante su construcción y el 30 de mayo de 1906 se inauguraba en presencia del rey Víctor Manuel III de Italia.

El túnel ferroviario fue durante mucho tiempo el más largo del mundo con sus 19.803 metros de longuitud y dentro de él, su punto más alto alcanza los 704,98 metros. En el año 1912 se inició la perforación del segundo túnel paralelo al inicial para facilitar la línea de ida y vuelta Simplón-Orient-Express que conectaba París con Estambul. Este era un poco más largo que el primero, llegando a alcanzar los 19.823 metros y entre los dos túneles se hicieron galerías de acceso cada 200 metros.

En la actualidad más de 100 trenes diarios recorren sus vías cruzando la que se considera la puerta de Europa hacia el Mediterráneo