La revista que se lucra propagando peligrosos bulos médicos
Aunque parezca mentira, esta revista existe. Y quien la compra también. Se trata de Discovery Dsalud, una revista que se ha convertido en la gran difusora y defensora de cualquier práctica que pretenda ser capaz de curar al margen de la demostración científica de su eficacia. Desde técnicas de dudosa base empírica, a aquello directamente supersticioso, o simplemente falso, como afirmar que el virus del SIDA no existe, en este panfleto se puede encontrar cualquier tipo de patraña que fomente la desinformación y mucha evidencia anecdótica en forma de testimonios sin fundamento científico o que hayan derivado de estudios clínicos independientes.
La revista se ha convertido en un lugar donde se venden espacios publicitarios para charlatanes, pseudoterapéutas, magufos y promovedores de bulos. Promueven descaradamente (previo pago) la basura líquida llamada MMS inventada por el Obispo y charlatán Jim Humble, sobre quien pesan una serie de denuncias y órdenes de arresto en varios lugares de África.
La revista es famosa por negar la existencia del virus del SIDA o que las quimioterapias son inútiles. En abril de este año sus editores lanzaron incluso la noticia de que el virus causante del Covid-19 tampoco existe, dando a entender que la alarma por la pandemia y la contingencia están injustificadas.
En su artículo, "No hay pruebas de la existencia del «coronavirus chino»" afirman:
Seguimos sin encontrar prueba científica alguna de la existencia del famoso coronavirus chino SARS-CoV-2, de su aislamiento, purificación y secuenciación y, por tanto, de que los test diagnósticos que se utilizan para detectarlo sean fiables... Todo lo anterior después de hacer una supuesta "investigación rigurosa". De hecho. creen que no hay justificación para que las personas se aíslen a pesar de que España fue uno de los países donde más contagios y muertes hubo debido a la propagación del Coronavirus.
El director de esta estafa es José Antonio Campoy, autor del libro "Entrevista a un extraterrestre: Geenom", donde narra reuniones con extraterrestres entre julio y septiembre de 1994. Asegura que esos encuentros se produjeron con total normalidad: él y una serie de amigos se sentaban alrededor de una mesa tal que si aquello fuera una reunión normal en un día normal, como otro cualquiera, para jugar una partida a las cartas. Colocado en el centro, habían instalado un tablero de ouija, y encima de este un vaso de cristal de yogur. Pasaba el tiempo y, de repente, mediante este método con el que se dice que se puede contactar con los espíritus, Campoy dice que vio a un extraterrestre. Y que incluso mantuvo conversaciones con él...