El 24 de mayo de 1883 era inaugurado en Nueva York el famoso Puente de Brooklyn tras trece años de construcción. El día de su inauguración cerca de 1.800 vehículos y unas 150.000 personas cruzaron de un lado a otro y desde ese momento se convirtió en un emblema de la ciudad. En el momento de su apertura consiguió además posicionarse como el puente colgante más grande del mundo y ser el primero en estar suspendido por cables de acero.

Empezó a construirse en el año 1870 y a su finalización tenía unas medidas de 1.825 metros de largo y 26 metros de ancho. Fue el ingeniero John Roebling el encargado de diseñar este puente que resultó ser hasta siete veces más resistente de lo que se pedía por norma en la época y que costó unos 15 millones de dólares.

Como anécdotas del puente hay que destacar el “viaje de Farrington”, que consiguió cruzar el East River montado en una silla y deslizándose por los cables del puente. Otro acontecimiento destacado fue el que llevó a cabo el artista de circo Phineas Taylor, que para mostrar su resistencia llevó hasta él a 21 de sus elefantes y que lo cruzaron confirmando la estabilidad de la estructura.

Pero también hubo algunos sucesos trágicos cómo la muerte de 12 personas meses después de su inauguración, cuando un accidente provocó el pánico por miedo al derrumbe. O el fallecimiento del nadador Robert Odlum, que se propuso ser el primero en saltar del puente de Nueva York, pero un golpe de viento lo desequilibró en la caída y falleció a consecuencia del choque contra el agua.