Uno de los niños de esta fotografía fue vacunado contra la viruela

Esta es una fotografía real tomada a principios del siglo XX por el Dr. Allan Warner, considerado el padre de la inmunología y el creador de la vacuna que salvó más vidas, y que ya en su momento fue acosado por los movimientos antivacunas de la época. Gracias a él, esta grave enfermedad fuer erradicada hace más de 40 años. La imagen (coloreada posteriormente) muestra a dos niños infectados de viruela, a causa de una misma fuente de contagio y en el mismo momento. Uno de ellos estaba vacunado, el otro no. 

Viruela
Fotografía de principios del siglo XX, captada por el Dr. Allan Warner del Isolation Hospital, en Leicester, en el Reino Unido. Muestra dos niños, ambos de 13 años, uno de ellos vacunado contra la viruela. Fotografía coloreada por Navarrete.
Uno de los niños de esta fotografía fue vacunado contra la viruela

Edward Jenner ( Inglaterra, 1749 - 1823) es llamado "el padre de la inmunología", y se dice que su trabajo "ha salvado más vidas que el trabajo de cualquier otro hombre". Fue el octavo de nueve niños. Su padre, el Reverendo Stephen Jenner, fue el vicario de Berkeley, por lo que Jenner recibió una sólida educación básica. Posteriormente se convirtió en un afamado investigador, médico rural y poeta, cuyo descubrimiento de la vacuna antivariólica tuvo trascendencia definitoria para combatir la viruela. En 2002, Jenner fue incluido en la lista de los 100 ingleses más importantes. Su gran mérito fue dar origen, en 1796, a lo que hoy conocemos como vacuna, al inocular un poco del virus de la viruela en una persona sana, logrando inmunizarla. 

La viruela (del latín variola: pústula pequeña) fue una enfermedad infecciosa grave, contagiosa y con un alto riesgo de muerte, causada por el virus Variola virus. El último caso de contagio natural se diagnosticó en octubre de 1977 y en 1980 la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó la erradicación de la enfermedad en todo el planeta.​ Sus principales características eran una elevada tasa de mortalidad para quienes padeciesen la enfermedad, de alrededor de un 30 %, con tasas especialmente elevadas en bebés​ y las cicatrices por todo el cuerpo, y en algunos casos ceguera, que dejaba a quienes sobrevivían.

Los síntomas iniciales incluían cuadros de fiebre y vómitos,​ seguidos en días posteriores de la formación de llagas en la boca y erupciones cutáneas. Al cabo de unos días, las erupciones cutáneas se convertían en protuberancias cargadas de denso líquido con un característico hundimiento en el centro. Con la evolución de la enfermedad, las protuberancias se convertían en pústulas y después en costras, las cuales se caían y dejaban las características cicatrices en la piel.​ La enfermedad se propagaba a través del contacto de personas sanas con personas contagiadas o mediante el intercambio de objetos contaminados con el virus responsable de la enfermedad. La principal vía de prevención consistió en inocular la vacuna desarrollada contra la viruela, mientras que para su tratamiento una vez contraída la enfermedad existían antivirales específicos, aunque de efectividad escasa.

Se desconoce el origen de la viruela, pero existen evidencias de su existencia en una época muy temprana, pues se han hallado restos en momias egipcias datadas del siglo III a. C.​ La enfermedad se propagó a lo largo de la historia a través de brotes periódicos: en la Europa del siglo XVIII se estima que unas 400 000 personas morían cada año por viruela y un tercio de los supervivientes desarrollaba ceguera.​ Se estima que solo en el siglo XX, la viruela mató hasta 300 millones de personas​ y a 500 millones en sus últimos 100 años de existencia.​ En 1967, apenas una década antes de su último registro, se registraron 15 millones de casos.

Parece ser que en China alrededor del siglo XVI se comenzó una forma primitiva de inoculación de la viruela para mitigar sus efectos. Europa adoptó esta práctica hacia la primera mitad del siglo XVIII, pero no fue hasta 1796 cuando se creó la primera vacuna moderna contra la viruela, gracias a Edward Jenner. En 1958, la Unión Soviética propuso a la OMS una campaña mundial para erradicar la enfermedad y desde 1967 se intensificaron los esfuerzos para eliminar la viruela con campañas masivas de vacunación, hasta certificar oficialmente su final en 1980. Se considera a la viruela una de las dos únicas enfermedades infecciosas que el ser humano ha logrado erradicar, junto a la peste bovina, erradicada oficialmente en 2011.

Fuente: Wikipedia // clarin.com