Se cumplen 92 años del descubrimiento de Plutón

Plutón fue descubierto el 18 de febrero de 1930 por el astrónomo estadounidense Clyde William Tombaugh (1906-1997) desde el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona, y fue considerado el noveno y más pequeño planeta del sistema solar por la Unión Astronómica Internacional y por la opinión pública desde entonces hasta 2006, aunque su pertenencia al grupo de planetas del sistema solar fue siempre objeto de controversia entre los astrónomos. 
800px-Pluto_in_True_Color_-_High-Res (1)
Imagen de Plutón tomada por New Horizons el 14 de julio de 2015, desde un rango de 22.025 millas (35.445) kilómetros. Las llamativas características de Plutón son claramente visibles, incluida la brillante extensión del "corazón" helado de Plutón, rico en nitrógeno y metano, Sputnik Planitia. Los colores de aspecto natural son el resultado de una calibración refinada de los datos recogidos por la Cámara Multiespectral de Imágenes Visibles (MVIC) en color de New Horizons. El procesamiento crea imágenes que se aproximan a los colores que percibiría el ojo humano, acercándolas al "color verdadero" que las imágenes publicadas en el momento del encuentro. El escaneo de la MVIC de un solo color no incluye datos añadidos de otras imágenes o instrumentos de New Horizons. Fuente: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Southwest Research Institute/Alex Parker
Se cumplen 92 años del descubrimiento de Plutón

Plutón, designado (134340) Pluto, es un planeta enano del sistema solar situado a continuación de la órbita de Neptuno. Su nombre se debe al dios mitológico romano Plutón (Hades según la mitología griega). En la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional celebrada en Praga el 24 de agosto de 2006 se creó una nueva categoría llamada plutoide, en la que se incluye a Plutón. Es también el prototipo de una categoría de objetos transneptunianos denominada plutinos. Posee cinco satélites: CaronteNixHidraCerbero y Estigia,​ los cuales son cuerpos celestes que comparten esa misma categoría.

Su gran distancia al Sol y a la Tierra, unida a su reducido tamaño, impide que brille por encima de la magnitud 13,8 en sus mejores momentos (perihelio orbital y oposición), por lo cual solo puede ser apreciado con telescopios a partir de los 200 mm de abertura, fotográficamente o con cámara CCD. Incluso en sus mejores momentos aparece como astro puntual de aspecto estelar, amarillento, sin rasgos distintivos (diámetro aparente inferior a 0,1 segundos de arco). No fue hasta el año 2015 cuando la sonda espacial New Horizons pasó sobre el planeta y permitió apreciar por primera vez de forma nítida su aspecto real.

Descubrimiento y posterior reclasificación

En la década de los 40 del siglo XIX, Urbain Le Verrier empleó la mecánica newtoniana para predecir la posición de Neptuno tras analizar las perturbaciones en la órbita de Urano.7​ Posteriores observaciones de Neptuno, a finales del siglo XIX, llevaron a los astrónomos a conjeturar que otro planeta, además de Neptuno, perturbaba la órbita de Urano.

En 1906, Percival Lowell —un bostoniano adinerado que había fundado en 1894 el observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona— inició un intenso programa de búsqueda del noveno planeta, al que llamó Planeta X. Para 1909, él y William H. Pickering habían sugerido varias coordenadas celestes donde podría encontrarse dicho planeta.​ Lowell y los miembros de su observatorio llevaron adelante la búsqueda, sin obtener resultados hasta la muerte de aquel en 1916. Sin embargo, y sin saberlo, Lowell lo había fotografiado en sendas placas del 19 de marzo y 7 de abril de 1915, donde aparecía como un objeto débil. Hay otras catorce observaciones precovery conocidas, siendo la más antigua la realizada en el observatorio Yerkes el 20 de agosto de 1909.​

No obstante, la búsqueda del Planeta X se detuvo debido a una disputa legal de diez años con la viuda de Percival, Constance Lowell, la cual quería que una parte del legado que su marido dejó al observatorio fuese para ella. En 1929, el nuevo director del observatorio, Vesto Melvin Slipher, encargó la búsqueda a Clyde William Tombaugh, un joven de Kansas de 23 años que lo dejó impresionado con sus dibujos astronómicos.

La tarea de Tombaugh consistió en la toma de pares de fotografías del cielo nocturno para, a continuación, examinar cada par y determinar si algún objeto había cambiado de posición. Usó para ello un microscopio de parpadeo, aparato que creaba una ilusión de movimiento al desplazar rápidamente dos fotografías sobre sí mismas y permitía así detectar cambios en la posición de los objetos o en la apariencia de las imágenes. El 18 de febrero de 1930, tras casi un año de búsqueda, encontró un objeto que se había movido en las placas tomadas el 23 y 29 de enero de ese año. Una fotografía de menor calidad tomada el 21 ayudó a confirmar el movimiento. ​ Después de que el observatorio obtuviera fotografías adicionales de confirmación, la noticia del descubrimiento se telegrafió al observatorio del Harvard College el 13 de marzo de 1930.

El descubrimiento fue noticia en todo el mundo. El observatorio Lowell, que tenía el derecho a nombrar el nuevo objeto, recibió más de 1000 sugerencias que iban desde «Atlas» hasta «Zymal». Tombaugh urgió a Slipher para que propusiera un nombre antes de que alguien se adelantara y lo hiciera. ​ Constance Lowell sugirió primero «Zeus»; después «Percival»; y finalmente «Constance». Ninguna fue tomada en consideración. El nombre «Plutón» —del dios romano del inframundo— fue propuesto por Venetia Burney, una estudiante de Oxford interesada en la mitología clásica, durante una conversación con su abuelo Falconer Madan, miembro de la Biblioteca Bodleiana. Este pasó el nombre al astrónomo Herbert Hall Turner quien, a su vez, envió un cable a sus colegas estadounidenses con la propuesta.

Para elegir el nombre definitivo del objeto, a cada miembro del observatorio Lowell se le pidió que votara por una de tres propuestas: «Minerva», que ya era el nombre de un asteroide; «Cronos», que tenía mala fama por haber sido propuesto por el impopular astrónomo Thomas Jefferson Jackson See; y «Plutón». Este último recibió finalmente todos los votos. El nombre fue anunciado el 1 de mayo de 1930 y, tras conocerlo, Madan dio a Venetia cinco libras de recompensa.

Desde 1992 se han descubierto numerosos cuerpos en la misma región de Plutón del sistema solar, lo que lo muestra como parte de la población de objetos del llamado cinturón de Kuiper. Esto condujo a que su condición de planeta fuese controvertida y a que muchos se cuestionasen si debía ser o no considerado junto a esa población. Algunos directores de museos y planetarios contribuyeron a la controversia omitiendo a Plutón de los modelos del sistema solar de sus instituciones. El planetario Hayden, por ejemplo, volvió a abrir sus puertas —en 2000, tras una renovación— con un modelo de solo ocho planetas. Casi un año después, era titular en algunos periódicos.

Debido a que se iban descubriendo objetos cuyos tamaños estaban cada vez más cerca del de Plutón, se argumentó que debería ser reclasificado como uno de los objetos del cinturón de Kuiper —de la misma forma que CeresPalasJuno y Vesta perdieron la categoría de planeta tras el descubrimiento de muchos asteroides—. En 1999 el astrónomo Brian Marsden, por entonces director del Centro de Planetas Menores, llegó a proponer incluirlo en el catálogo de cuerpos menores asignándole el número (10000). Finalmente, la idea no fue aceptada por la Unión Astronómica Internacional y fue el asteroide 1951 SY el que recibió ese número. Posteriormente se le dio el nombre de Miriosto.

La controversia volvió a intensificarse a partir de 2001 con el descubrimiento relativamente frecuente de objetos similares a Plutón en el sistema solar exterior. En 2002 se descubrió Quaoar, un objeto transneptuniano cuyo diámetro es de unos 1070 km, cerca de la mitad del de Plutón. ​En 2004, a una distancia de 100 ua, se encontró Sedna, con un diámetro de aproximadamente 1000 km.

El 29 de junio de 2005, astrónomos del Caltech anunciaron el descubrimiento de un nuevo objeto transneptunianoEris, más masivo que Plutón y el más masivo descubierto en el sistema solar desde que lo fuera Tritón en 1845. Tanto sus descubridores como la prensa lo llamaron el décimo planeta, aunque no hubo acuerdo inicial en la comunidad astronómica de si debía ser un planeta. Otros astrónomos lo consideraron el argumento más firme para reclasificar a Plutón como un planeta menor.

El debate llegó a su culmen el 24 de agosto de 2006 con una resolución de la UAI en la que establecía la definición oficial de planeta. Plutón no cumple la tercera condición por lo que la UAI decidió además que los cuerpos que cumplen solo los dos primeros criterios pasarían a denominarse «planetas enanos».​ Así, el 13 de septiembre de 2006 se clasificó a Plutón, Ceres y Éris en la nueva categoría.

La recepción popular de la decisión de la UAI fue variada, y aunque muchos la aceptaron, algunos trataron de anularla con peticiones en la red en las que instaban a la UAI a considerar la restauración de la categoría de planeta. Una resolución presentada por algunos miembros de la asamblea del estado de California, decía medio en broma que la decisión era una «herejía científica». La Cámara de Representantes de Nuevo México aprobó una resolución en honor de Tombaugh, antiguo residente del estado, en la que declaraba que Plutón se considerará siempre un planeta desde el momento en que sea visible desde el estado, y que el 13 de marzo de 2007 será el Día del Planeta Plutón.​ El Senado de Illinois —estado de nacimiento de Tombaugh— aprobó una resolución similar en 2009 según la cual Plutón fue «injustamente degradado a planeta enano» por la UAI. Parte de la opinión pública también ha rechazado el cambio citando el desacuerdo de la comunidad científica sobre el asunto o por razones sentimentales, pues siempre han conocido a Plutón como planeta y continuarán haciéndolo independientemente de la decisión de la UAI.

Varios investigadores que respaldaban las dos posiciones del debate, se reunieron del 14 al 16 de agosto de 2008 en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins para dar una conferencia que incluía conversaciones cara a cara sobre la definición actual de planeta de la UAI.​ Bajo el título «El Gran Debate Planetario», la conferencia publicó posteriormente un comunicado de prensa en el que indicaba que los científicos no pudieron llegar a un acuerdo respecto a la definición de planeta.​