Si bien ya habían existido tanto campeones, como medallistas, africanos y de color, ninguno tenía las dos características. Ya que los deportistas de color eran de otros países como EE.UU., y los africanos medallistas habían sido todos de Sudáfrica, y eran todos blancos. 

Bikila, de Etiopía, corrió la carrera descalzo, ya que las zapatillas nuevas que se compró en Roma le hacían ampollas. Dominó buena parte de la carrera junto al también africano Rhadi Ben Abdesselam de Marruecos. Solo en el sprint final a 500 metros de la meta Bikila se impuso. Marcó además el record mundial, batió el record existente del soviético Popov por menos de un segundo. Dejó la marca en 2:15:16.2, record que aguantó hasta 1963, aunque Bikila volvió a poseerlo unos meses de 1964 a 1965 con 2:12:11.2.

En los siguiente Juegos Olímpicos, los de Tokio de 1964, Bikila volvió a ganar la prueba de maratón. En los juegos de 1968 en México se tuvo que retirar por lesión tras correr 16 kilómetros. 

Bikila murió en un accidente de tráfico el 22 de marzo de 1969. Sin embargo, su figura quedará para la historia como el primer medallista de color africano.