Pasaban unos 10 minutos de las tres de la tarde del domingo 22 de mayo de 1960, cuando un temblor gigantesco sacudió fuertemente a Chile. La ciudad de Valdivia fue la más azotada por el seísmo y por eso se le denominó el Terremoto Valdivia.

El día anterior se registraron una serie de pequeños seísmos que advirtieron de lo que estaba por llegar; el Gran Terremoto de Chile, de una magnitud de 9,5, que lo ha convertido en el más potente registrado hasta el momento en todo el mundo.

Fueron 10 minutos de intenso movimiento que se hizo sentir en todo el continente. El histórico terremoto provocó deslizamientos de terrenos y tras él, un gran tsunami devastó gran parte de la costa chilena. Pero las olas provocadas también se hicieron notar hacia el oeste y en lugares como Hawái o Filipinas causaron varios daños materiales y produjeron la muerte de varias personas. Además, esas olas se movieron de un lado para otro del océano Pacífico durante más de una semana y las réplicas del terremoto se estuvieron sintiendo durante meses. En total el fuerte seísmo dejó un balance de 5.000 víctimas y sumergió al país en un estado de pobreza durante varios años.