El difícil objetivo de Steve Bannon en Europa

El difícil objetivo de Steve Bannon en Europa
El mes de mayo de 2019 está marcado en el calendario de los partidos europeos Europa. También en el de Steve Bannon, que busca dar el salto a Europa ayudando a los partidos nacionalistas y populistas que estarán presentes en los comicios del próximo año. Quiere formar un frente europeo ultraderechista. "Creo que los tendremos a todos a bordo", dijo al diario británico The Guardian este verano. Pero la realidad es que no será así de sencillo. Las leyes electorales impide que el ex estratega de Donald Trump  pueda brindar los servicios de su organización para las campañas electorales en la mayoría de los países en los que desea operar (sólo 4 de los 13 países de su lista de objetivos): Los cuatro países de la UE que podrían formar parte del experimento de Bannon son Italia, Dinamarca, Suecia y los Países Bajos. Mientras, que en Francia, Bélgica, España, Polonia, República Checa, Hungría y Finlandia las organizaciones extranjeras tienen prohibido contribuir a los partidos políticos. En Alemania y Austria, por otra parte, las contribuciones de fuentes extranjeras están permitidas, pero los límites son tan bajos que la generosidad de Bannon sería prácticamente inútil. En Austria, los donantes extranjeros pueden otorgar a los partidos políticos hasta 2.641€, mientras que en Alemania el límite está en 1.000€ escasos. Ahora bien, cambiar la historia de Europa parecería ser una tarea difícil para este fanfarrón mediático norteamericano, promotor de The Movement, bajo el paraguas del cual pretende aglutinar a toda la extrema derecha europea. Una especie de internacional ultra que aglutine desde Le Pen a Orbán. Y es que lejos de ahuecar el ala tras su dimisión como asesor de Donald Trump, y tras salir por la puerta trasera de Breitbart, Bannon se ha reinventado a sí mismo como profeta de la alt-right en versión europea. El 50% de su tiempo, anticipa, lo pasará en los próximos meses en el viejo continente. El Movimiento arrancará con nueve personas en plantilla, con ambiciones de superar los 25. Su misión será hacer sondeos, acuñar mensajes, desplegar las armas de marketing electoral y contribuir todo lo posible al éxito del populismo de derechas en Europa.