Rodolfo Ortega Peña empezó a trabajar como abogado a los 20 años y sus compañeros le llamaban cariñosamente “El pelado”. Entro en la vida política después del "golpe gorila" de 1955 en Argentina, que derrocó la presidencia de Juan Domindo Perón. En 1973 asumió el cargo de diputado y empezó a defender a los presos políticos que se habían fugado de la cárcel de Rawson un año antes, incluso visitó varias veces el penal para conocer cuál era la situación de los que aún continuaban detenidos. Pero Ortega Peña también se dedicó a luchar junto a la clase obrera contra las acciones fascistas de la banda ultra derechista Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), que empezaba a atentar contra algunos de los movimientos que realizaban los representantes izquierdistas.

Días antes de su asesinato, el entorno del abogado sospechaba que su vida peligraba y le había aconsejado que dejara de mostrarse tan en contra de la banda en actos públicos y que aumentara las medidas de seguridad, pero él hizo caso omiso a sus palabras diciéndoles que “la muerte no duele”. Las sospechas de sus allegados estaban en lo cierto y el 31 de julio de 1974 fue acribillado por el grupo de la organización terrorista Triple A. El asesinato de Ortega Peña, sacudió al país entero. Su cuerpo fue velado en la Federación Gráfica Bonaerense y la caravana que acompañó sus restos al cementerio fue reprimida por la policía con actos violentos que se saldaron con la detención de más de 380 personas. Los altercados se iniciaron porque el jefe de la Policía Federal y uno de los organizadores de la Triple A, el comisario Alberto Villar, había dado orden de detener a todos los allí presentes después de escuchar gritos en contra de la presidenta argentina Isabelita.