La cumbre de París no ofrece soluciones al conflicto del Donbass

Los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania han debatido durante varias horas en búsqueda de relanzar los acuerdos de Minsk, pero finalmente apenas han acordado unos mínimos que justifiquen la reunión. Tras ello el futuro seguirá hipotecado por los nacionalistas ucranianos.

Cumbre del cuarteto de Normandia en Paris
Cumbre del cuarteto de Normandia en Paris
La cumbre de París no ofrece soluciones al conflicto del Donbass

Desde 2016 los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania no se habían reunido. La falta de avances y las vacías promesas de Poroshenko han hecho que hasta ahora el presidente ruso no se haya sentado a la mesa con su homólogo ucraniano. Este año el cómico Volodimir Zelenskiy se ha proclamado vencedor en las presidenciales con la promesa de traer la paz. Ha hecho falta más de medio años para que al final su homólogo ruso, Vladimir Putin, se haya sentado con el en la mesa de negociaciones. Aunque el primer intento no ha salido demasiado bien, de momento Zelenskiy empieza casi como acabó Poroshenko, intentando reinterpretar los acuerdos ya firmados antes. 

Los acuerdos de Minsk

Esos acuerdos son los de Minsk, firmados en dos tandas, la primera en septiembre de 2014 y la segunda en febrero de 2015. Ambas veces tras sendos fracasos militares del ejército ucraniano contra las fuerzas rebeldes del Donbass apoyadas por Rusia incluso con participación directa, aunque limitada, de fuerzas rusas. Tras la firma de esos acuerdos siempre se ha dicho que son la única vía para conseguir la paz.

Como ya se ha contado en numerosas ocasiones, los ucranianos se dieron finalmente cuenta de que esos acuerdos no les eran del todo favorables, algo lógico al firmarlos tras sendas derrotas. Por ello han intentado recuperar en las negociaciones lo perdido en el campo de batalla. Por eso no quieren seguir los acuerdos de Minsk tal y como están ordenados en sus diferentes puntos. El punto 4 requiere que se celebren elecciones regionales en el Donbass, según la ley ucraniana, pero abierta a candidatos de toda clase. Después según el punto 5 debe haber una amnistía de Kiev hacia los sublevados, ya en el punto 9 se le devuelve a Ucrania el control de la frontera entre Rusia y el Donbass, y solo el 10 punto establece la retirada de personal y equipos extranjeros.

Según esos acuerdos el Donbass podrá elegir a sus dirigentes sin participación de candidatos ucranianos o simpatizantes de Kiev, y tras ello, el gobierno de Kiev acepta a estos dirigentes, les da amnistía y una amplia autonomía dentro de una Ucrania con aspiraciones de integrarse en la OTAN y la UE. Queda claro que con ese caballo de Troya, y derecho de veto como región importante, esas aspiraciones no son demasiado realistas.

Ucrania lo entiende y pide que lo primero sea la frontera. Una vez con todo el territorio bajo su poder y con arrestos masivos de los líderes rebeldes, podrá organizar unas elecciones favorables allí. Por ello quiere que se reinterpreten los puntos de Minsk, se les cambie el orden. Eso no lo acepta ni Moscú, ni París, ni Berlín. Las cancillerías occidentales quieren que se siga el acuerdo ya firmado y no entienden que se haga otra cosa.

Poroshenko hizo de todo para no cumplir con los acuerdos, y por eso a partir de 2016 no hubo más reuniones del cuarteto de Normandía. Zelenskiy teóricamente viene con otra intención, el problema es que los elementos ultranacionalistas ucranianos no están por la labor de dejarle conseguir la paz a ese coste. Su lógica es clara, no hemos luchado y muerto en el Donbass para que ahora los rebeldes prorrusos se salgan con la suya. 

donbassCorredor humanitario entre Ucrania y el Donbass. Foto: Juan Teixeira

 

Los 13 mil muertos en el conflicto pesan, y pesan en los dos lados. El problema de Zelenskiy, y que lo diferencia de Putin, es que el tiempo juega en su contra. Por un lado Rusia está repartiendo pasaportes en el Donbass. Para finales de año parece que ya habrá dado unos 150-200 mil. A este paso tardará todavía entre 3 y 4 años en dar pasaportes rusos a todos los que lo desean, pero cada día abre más la puerta al uso de sus soldados allí. La constitución rusa lo deja claro, se pueden utilizar fuerzas incluso en el exterior si es para proteger a ciudadanos rusos. Una táctica ya utilizada en Osetia del sur en 2008.

Zelenskiy en cambio ve como su popularidad cae, en medio año del 70% al casi menos del 50% actualmente. Un récord para Ucrania. Por eso cada día que pasa su posición se antoja más inestable, lo cual unido a su inexperiencia le puede pasar factura. Tiene mayoría en el parlamento, pero todas las demás fuerzas están en su contra. Tanto el segundo partido, Plataforma Opositora, de tendencia prorrusa, como el tercero, cuarto y quinto, todos en menor o mayor medida en oposición a Moscú. Todos tienen algo que reprocharle, por un lado no traer la paz, por otro traerla bajo condiciones dictadas por Rusia.

Paris

Sin demasiados cambios

Por todo ello es muy difícil considerar que esta reunión de Paris del cuarteto de Normandía como un éxito. Han acordado unos mínimos que justifiquen la propia reunión, que es seguir intentando implantar el alto el fuego en más zonas del frente, seguir desminando e intentar cambiar a todos los prisioneros antes del 31 de diciembre de este año. La próxima reunión será dentro de 4 meses. 

Será interesante ver si Zelenskiy consigue cumplir siquiera los limitados objetivos con los que se ha comprometido ahora. De momento, el mayor éxito de la reunión es que los presidentes de Rusia y Ucrania han vuelto a reunirse 3 años después de su último encuentro. El diálogo, aunque sea difícil siempre es mejor que la guerra.

Como un síntoma de cierto cambio de tendencia en la visión internacional del conflicto Rusia-Ucrania se ha visto recientemente en la votación en la ONU sobre la integridad territorial ucraniana y Crimea. La votación ha tenido por primera vez más abstenciones que votos a favor, 63 países la han apoyado (OTAN y aliados, 19 han votado en contra (Rusia, China, Irán, y varios aliados rusos) y 66 se han abstenido (Argentina, Brasil, Corea del sur, Egipto, India, Indonesia, Mexico, Pakistán, Sudáfrica y otros). Un claro toque de atención a la diplomacia ucraniana que año a año y poco a poco va perdiendo apoyos en su disputa con Rusia.

Votación ONU resolución sobre integridad territorial de Ucrania