El cambio climático provoca enfrentamiento entre aves
En un reciente estudio que ha llevado a cabo la Universidad de Groningen, en Holanda, se ha relaciona el aumento de las temperaturas de nuestro planeta con más ataques mortales a picotazos de carboneros comunes a papamoscas cerrojillo.
En el estudio, publicado en Current Biology, se han identificado dos mecanismos por los que el calentamiento global puede incrementar los enfrentamientos entre estas dos aves. Por un lado, el aumento de las temperaturas en primavera puede hacer que coincida en el tiempo la llegada de los papamoscas con la puesta de los carboneros. Por otro, que las temperaturas más suaves en invierno pueden provocar también que haya más densidad de carboneros compitiendo por el espacio, al aumentar la superviviencia de ejemplares.
El estudio se realizó en cajas nidos de carboneros en los parques nacionales de Drents-Frieze Wold y Dwingelderveld en Holanda entre 2007 y 2016, periodo en el que se contabilizaron en su interior un total de 88 papamoscas muertos (86 machos y dos hembras). Casi todos ellos (86) habían sido picoteados por carboneros comunes. “Cuando un papamoscas entra en una caja con un carbonero dentro, no tiene ninguna posibilidad”, explica Jelmer Samplonius, uno de los autores del estudio, que incide en que el bonito carbonero puede ser muy violento en la época de cría. "Y parece que los carboneros se comen los cerebros", explica. "Siempre ha habido competencia entre las dos especies por los lugares de anidación. Los papamoscas intentan robar las instalaciones de anidación de los carboneros. Puede que no sean iguales cuando luchan dentro de las cajas de nidos, pero son voladores más ágiles", dice Samplonius.
Los papamoscas vuelan alrededor de los carboneros mientras construyen sus nidos, y así los alejan.
Aún así, en algunos años, esta mortalidad podía llegar al 8,9% de todos los machos de papamoscas llegados a esa área, constatándose una gran variabilidad (los porcentajes van de 0,4% a 8,9%). Por ello, el estudio concluye que los años de mayor mortalidad están relacionados con la llegada de los papamoscas al mismo tiempo que ocurre la puesta de los carboneros y con una mayor densidad de carboneros machos, ambas circunstancias relacionadas con el aumento de las temperaturas en primavera e invierno.
Pero al mismo tiempo, los científicos no notaron una disminución en la población de papamoscas en los siguientes años a pesar del aumento de la mortalidad. Sugieren que esto se debe a que se trata de machos excedentarios, que no iban a participar en la reproducción. “Los machos muertos suelen ser aquellos que llegan más tarde en la estación. Estas aves tardías a menudo no encuentran una pareja para reproducirse, así que eso puede explicar por qué esto no impacta en la población”, comenta el biólogo Samplonius.
Otras de las consecuencias del efecto del calentamiento global en las aves se está produciendo en el Ártico. La actividad de los depredadores de esta zona que robaron huevos de aves en los últimos 70 años se ha triplicado. Una posible razón para los ambientalistas, entre otras cosas, es la disponibilidad de este alimento frente a otros que, debido a la inestabilidad de la cubierta de nieve, ha disminuido, y esto hace que los depredadores cambien a otras fuentes de alimentos.