SOSTENIBILIDAD
La calculadora que mide el impacto medioambiental de lo que comes
Las carnes y los productos lácteos son los que más contaminan
¿Te has parado a pensar alguna vez en cuánto contamina todo lo que comes? Tal vez nunca te lo hayas planteado, pero cada alimento que ingieres tiene un impacto medioambiental que puede ser medido. La herramienta para hacer esta medición es una calculadora desarrollada por Felix Stephenson y Becky Rush y diseñada por Prina Shah para el portal BBC. Utilizando un listado de 34 alimentos y eligiendo la frecuencia con la que consumes cada uno, esta aplicación te dice que cantidad de gases de efecto invernadero arroja a la atmósfera tu ingesta anual de ese alimento. Además te hace una estimación comparándola con lo que contaminarías en kilómetros utilizando un coche de gasolina y también te hace una aproximación de los litros de agua que se necesitan para producir el alimento. Por ejemplo, si comes arroz una o dos veces por semana, estarías arrojando a la atmósfera unos 26 kg de emisiones contaminantes al año, lo que equivaldría a conducir un coche de gasolina durante unos 107 kilómetros y supondría un consumo de agua de 13.153 litros o lo que es lo mismo, 202 duchas de ocho minutos.
Resultados para el consumo de arroz una o dos veces por semana
Esta calculadora se ha hecho basándose en los datos obtenidos de un estudio realizado por la Universidad de Oxford, que concluye que la producción de alimentos es la responsable de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y por lo tanto, todo lo que comemos contribuye también al calentamiento global. Joseph Poore, de la Universidad de Oxford, y Thomas Nemecek, de la División de Investigación en Agroecología y Medio Ambiente de Zurich, fueron los dos encargados de analizar todos los parámetros necesarios para poder concluir el impacto medioambiental de los alimentos. En total se analizaron 40 tipos diferentes de comidas comunes en todo el mundo, teniendo en cuenta variables como la cantidad de tierra y agua necesarias para su producción y también la emisión de gases contaminantes en todo el proceso de envasado y trasporte hasta que esos productos llegan a nosotros. También se investigaron unas 40.000 granjas y 1.600 procesadores en los que se evaluaron las diferentes prácticas de producción y distribución y las consecuencias que tenían en el planeta dependiendo del lugar en el que se encontraban. El estudio analizó el impacto medioambiental de un kilo de cada alimento, pero la calculadora se adaptó a las porciones estándares aconsejadas por la Asociación de Dietética Británica, que normalmente son bastante más bajas que lo que come la gente. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que las cifras que ofrece la calculadora serán también más bajas de lo que realmente se contamina.
- Carne y leche los más contaminantes
Del estudio también se obtiene la conclusión de que no todos los alimentos tienen el mismo impacto. En general, los productos procedentes de los animales son los responsables de más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo la carne de vacuno y la de cordero las más contaminantes. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores se han basado en las recomendaciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que desaconseja las carnes, la leche, el queso y la mantequilla porque para su producción se necesitan invertir muchos recursos y potencia el consumo de los alimentos de temporada. Según el estudio, si se siguieran estas recomendaciones, se podría reducir en dos tercios el impacto medioambiental de lo que consume cada individuo.
Además, se hace una diferenciación entre el impacto que tienen ciertos alimentos dependiendo del lugar en el que se producen. Así remarcan que aquel ganado que ha sido criado en tierras deforestadas produce unas 12 veces más emisiones de gases de efecto invernadero que aquel que lo hace en tierras fértiles. También ocurre lo mismo con alimentos como el café y el chocolate, que dependiendo del terreno en el que se cultiven provocan mayor o menor contaminación.
- Dieta flexitariana
Por todo estos muchos expertos apuestan por las dietas flexitarianas como solución para salvar el planeta. El término mezcla las palabras flexible y vegetariana para describir este tipo de alimentación que se basa en alimentos procedentes de plantas y en contadas ocasiones productos animales, incluyendo tan solo una vez por semana una porción de carne roja.
Muchos apuestan por las dietas flexitarianas como solución para salvar el planeta (DEBORAH BREEN WHITING)
Según el investigador de la Universidad de Oxford Marco Springmann, este tipo de dietas son las más adecuadas para intentar paliar los efectos del cambio climático, porque todas se basan en productos naturales que no necesitan emplear demasiados recursos para su producción.
"Podemos adoptar una variedad de dietas saludables, pero lo que todas tienen en común, de acuerdo a la evidencia científica, es que se basan fundamentalmente en alimentos provenientes de plantas", Marco Springmann.
El último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático asegura también que el incremento de la población hasta 2050 podría provocar el aumento de gases contaminantes a la atmósfera entre un 50 y un 90%. Pero los expertos aseguran que si se incentiva el consumo con dietas como la flexitariana unido a la restricción en el uso de fertilizantes, mejorando el manejo de técnicas de regadío e intentando reducir el desperdicio de los alimentos lo máximo posible, se puede asegurar un futuro sostenible para los próximos 30 años.