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PSOE, PP, Ciudadanos y VOX, del lado de las farmacéuticas para no liberar las patentes de las vacunas

Hoy en día existen la posibilidad real de acabar casi de un plumazo con la pandemia de COVID19 que asola el mundo. Tenemos vacunas ya desarrolladas y los medios necesarios para producirlas en masa y vacunar a toda la población mundial, pero sin embargo eso no sucede, y la razón es sencilla: la vacunación es un enorme negocio para las farmacéuticas, y los políticos a su servicio aseguran que las patentes no se liberen para que así siga siendo, anteponiendo el negocio de unos pocos a la vida de millones de personas. 
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PSOE, PP, Ciudadanos y VOX, del lado de las farmacéuticas para no liberar las patentes de las vacunas

Liberar las patentes de la vacuna contra la COVID-19 es fundamental para poner cerco a la pandemia global. Desde que se iniciara oficialmente la pandemia de la Covid-19, el objetivo de desarrollar una vacuna eficaz ha estado en el punto de mira de los Gobiernos. Los esfuerzos, en muchos casos conjuntos, de las instituciones públicas y las farmacéuticas dieron sus frutos y a finales de 2020 llegaban las primeras vacunas.

Sin embargo, desde que se inició la carrera por la vacunación, la realidad es que el remedio no está llegando a todas las personas por igual. Se estima que los países ricos acaparan el 53% de las vacunas de la covid-19 para el 14% de la población mundial. Frente a esto, casi 70 países del sur global solo podrán vacunar a una de cada 10 personas.

La salud es un derecho. En una pandemia, la investigación y las tecnologías deberían compartirse amplia y rápidamente. Una compañía privada no debería tener el poder de decidir quién tiene acceso a tratamientos o vacunas, ni a qué precio. Las patentes otorgan a una sola compañía el poder y monopolio sobre productos farmacéuticos esenciales. Esto limita su disponibilidad e incrementa su coste para las personas que los necesitan.

La necesaria liberación de las patentes

Sin que la vacuna llegue a todas las personas, la Covid-19 seguirá siendo una amenaza. Por ello, es fundamental conseguir que la vacuna sea accesible para todas y en cualquier parte del mundo. Una vacuna popular, pasa por que las corporaciones farmacéuticas comparten abiertamente su tecnología para que puedan producirse a una escala masiva.

En los últimos días han aumentado las voces que respaldan la suspensión de las patentes de tratamiento contra la Covid-19, entre ellas, las de 170 premios Nobel y exmandatarios, a las que ahora se suman 388 europarlamentarios y parlamentarios nacionales, y 34 organizaciones internacionales, entre las que se encuentra Salud por Derecho, que piden a la UE de cara a la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) del 30 de abril, que se deje de bloquear la iniciativa y se ayude a salvar millones de vida en todo el mundo.

La propuesta, que fue impulsada en octubre por India y Sudáfrica, está respaldada ya por 103 de los 162 países que conforman la OMC y cuenta con el reciente apoyo de 388 miembros del Parlamento Europeo (eurodiputados) y de parlamentos nacionales de toda la UE; de 175 premios Nobel y ex jefes de Estado y de gobierno -como Joseph Stiglitz (Premio Nobel), François Holland (ex presidente de Francia), Mary Robinson (ex presidenta de Irlanda) o José Luis Rodríguez Zapatero (ex presidente español); y del director general de la OMS.

PSOE, PP, Cs y Vox

Sin embargo, también hay voces discordantes. Tal y como denuncia el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán en su cuenta de Twitter, PSOE, PP, Ciudadanos y VOX han decidido que lo mejor es no levantar las patentes y que la vacuna sea libre.

Tras un «¡¡QUE SE CONOZCA!!», Urbán señaló en su mensaje que «PSOE, PP, Ciudadanos y VOX han votado EN CONTRA de levantar las patentes de las vacunas contra la COVID, defendiendo los beneficios de la patronal farmacéutica en contra de la salud y la vida de millones de personas», hecho que calificó de «Vergüenza».

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