Si nos paramos a pensar, ir al cine se ha convertido en una especie de lujo que no está al alcance de todo el mundo. De media en el Estado español se pagan unos 9 euros por la entrada, y si a eso le sumamos unas palomitas, las chuches y la bebida, pasar una tarde de película pude costar más de 15€, siempre y cuando vayamos solos. En el portal IPCBlog, Ana Pérez ha hecho un análisis del precio de las entradas de cine desde 1930 a la actualidad y hemos comprobado que en la última década la tendencia ha sido al alza, pero que desde 2014 los precios se han estancado, incluso han disminuido levemente. Hace un año se aprobó la rebaja del IVA en las entradas de cine pasando de 21% al 10%, pero poco lo han notado los usuarios, ya que según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de las entradas antes de impuestos ha subido un 5,4%, lo que ha hecho que la reducción del IVA sea casi imperceptible. Prueba de ello es que con la rebaja, el precio de las entradas debería haber caído un 9,1% y solo lo ha hecho un 3,8%. Vista la situación del país mediterráneo y comparándola con el resto del mundo, podríamos decir que no estamos tan mal si tenemos en cuenta que en otras ciudades del mundo se puede llegar a pagar hasta 17€ por entrar al cine. La ciudad más cara para ver una película en la gran pantalla es Zurich, donde de media se pagan 16,76€. Le siguen otros lugares como Londres y Oslo, donde las entradas de cine rondan los 15€, casi lo mismo que aquí pagamos por todo el “pack” de cine completo (entrada, palomitas y bebida). Aunque lo cierto es que en esas ciudades los sueldos que se ganan son también mucho más superiores de lo que lo son aquí.

En el lado opuesto están las ciudades en las que ir al cine rondan los 3,5€ incluso menos. Estas son Ciudad de México, Mumbai o Kuala Lumpur, pero el territorio más económico para ir al cine lo encontramos en Indonesia, donde el precio de una entrada en la ciudad de Jakarta ronda los 3,21€.