La descarga en sus máximos teóricos en las redes 4G es de hasta un 1 Gigabit por segundo, mientras que las redes 5G dan hasta 20 Gigabites por segundo, al mismo tiempo la descarga real es de 10 Megabites por segundo en las redes 4G, mientras que en redes 5G es de hasta 100 Megabites por segundo. El ancho de banda en redes 4G es de 100 Megahercios, mientras que en redes 5G es de hasta 1.000 Megahercios. 

Así mismo la latencia, la velocidad desde que se da la orden de descarga hasta que esta empieza, pasa de los 10 milisegundos en redes 4G hasta el 1 milisegundo en redes 5G. Así mismo la cantidad de operadores al mismo tiempo mapa de 5 en redes 4G a 16 en redes 5G.

Como vemos no es más que un aumento de velocidades similar al ocurrido antes entre el 3G y el 4G. Servirá para que la próxima vez que veáis una película por Netflix o HBO en movilidad funcione mejor. Claro queda que puede servir para incrementar la vigilancia personal, pero no es algo que no se pudiera hacer ya antes con las redes 4G. Si no queremos ser vigilados, o serlo menos, basta con no llevar un smartphone encima todo el tiempo.

Como en la historia muchas cosas son cíclicas, ya hubo quién se posicionó contra la electrificación:

Póster contra la electrificación.