Se acerca la festividad de Todos los Santos, la que tanto significa para los mexicanos y que los ha hecho conocidos en todo el mundo por sus espectaculares disfraces y adornos que llevan preparando para el 1 de noviembre durante todo el año. Eso de disfrazarse de verdad se les da muy bien. Recordemos a la famosa Frida, siempre reconocible pero vestida de mil maneras diferentes, creando un diálogo no verbal con el espectador. O esta pareja, fotografiada en una feria en 1940. El hombre en el traje tradicional lleva de la mano a su esposa, con la cabeza vendada al estilo momia, mientras que una corona de espinas aprieta sus sienes. No se sabe a modo cierto qué exactamente esta pareja quería transmitir, pero la reminiscencia a las penas de Cristo y la muerte es clara. Aplaudamos a la hermosa capacidad de ver belleza en la muerte y celebrar vivamente su inevitable presencia.