La sociedad rusa vivía un momento muy tenso en el año 1905. Las continuas revueltas, huelgas y altercados que se producían en las calles tenían como objetivo mostrar el descontento del pueblo con el gobierno. En el mar también se notaba esa tensión y en uno de los barcos de la Flota del Mar Negro, perteneciente a la Armada Imperial Rusa, se produjo un motín por parte de los marineros hacia los oficiales a modo de protesta.

El 27 de junio de 1905, el famoso Acorazado Potemkin se dirigía a la costa de Ucrania para realizar prácticas de tiro y lo que parecía que sería una jornada tranquila, se convirtió en una rebelión en poco tiempo. El desencadenante fue una sopa hecha con carne que estaba en mal estado. Muchos tripulantes se negaron a comerla y el segundo al mando Ippolit Guiliarovsky, amenazó con tomar duras medidas si no lo hacían. Ante la negativa fueron ordenados subir a cubierta, donde se encontraron con varios soldados armados. Los marines se sublevaron y liderados por el oficial Afanasi Matushenko, consiguieron hacerse con el control del Acorazado.

La tripulación, cansada de las malas condiciones en la que vivían dentro del barco y de la mala alimentación que recibían, decidieron apoyar a los compañero, pero al ser el único de la Flota del Mar Negro que plantó cara a sus superiores, al final tuvieron que rendirse. Hasta el 8 de julio estuvieron amotinados, incluso pidieron ayuda a Rumanía, pero la escasez de víveres hizo que ese día dejaran las armas y fueron castigados con penas de muerte o la cárcel. Aunque el levantamiento del Acorazado Potemkin no terminó del todo bien, se considera que fue clave para el inicio de la Revolución Rusa de 1917.