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En 1955 se produjo en Le Mans el peor desastre de la historia del automovilismo
En total 84 personas perdieron la vida y todavía se desconoce la causa exacta del accidente
El 11 de junio de 1955 se disputaba en la localidad francesa de Le Mansa su famosa carrera de automovilismo, cuando en la vuelta 35 una grave colisión provocó el caos en el circuito. Los pilotos Hawthorn y Fanio estaban a la cabeza de la carrera y en un intento de adelantamiento del primero se produjo el fatal accidente. Al parecer, Hawthorn tenía que entrar en boxes para repostar e intentó adelantar, pero frenó demasiado rápido y otro piloto, Levegh, que también se disponía a adelantar, chocó con la parte trasera de su coche, impactando después contra el muro de protección y desencadenando la tragedia. Varios restos del vehículo de Levegh volaron hacia donde estaban los espectadores y el tanque del automóvil explotó agravando aún más el suceso.
Se considera el peor accidente de la historia del automovilismo, ya que en total se contabilizaron 84 muertos, entre los que se encontraba el propio piloto Pierre Levegh y horas después del accidente su coche destrozado todavía estaba en llamas. Las causas exactas tampoco se conocen con exactitud, porque nunca se llevó a cabo una investigación judicial a fondo y la catástrofe se archivó como un accidente de carrera inevitable.
Lo peor de todo fue que mientras en la grada la tragedia dejaba decenas de muertos y heridos que deambulaban por el circuito, en la pista los pilotos seguían compitiendo por conseguir el mejor resultado. Finalmente Hawthorn continuó hasta el final y consiguió ganar las 24 horas de Le Mans más trágicas de la historia, celebrando la victoria en el pódium. Aunque el piloto nunca reconoció ser el culpable del accidente, el equipo con el que competía (Mercedes), se retiró temporalmente del mundo del automovilismo al final de temporada. La tragedia sirvió para que en muchos países se mejoraran las pistas y la seguridad.