La institución de las Fuerzas Armadas es una de las más arraigadas, herméticas e intocables del Estado español. Compuesta por más de 130 000 efectivos y con un presupuesto oficial de 9 552 millones de euros, su poder es de calado. En los últimos años se han constatado numerosas denuncias sobre prácticas corruptas dentro de la institución, sin prácticamente consecuencias para los corruptos. Es más, las personas que han denunciado estos hechos han tenido que proteger su identidad en algunas ocasiones debido a posible represalias o han sido sancionadas. 

Algo similar se ha destapado esta semana, una práctica totalmente inmoral y podríamos decir que corrupta, pero probablemente legal y que no acarreará mayores consecuencias que unos días de exposición mediática para los implicados. Lo ha hecho público El Periódico de España: Un general de la unidad que gastó 2.083 millones en blindados ficha por la adjudicataria. Francisco Javier Abajo Merino estaba en al dirección del departamento que adjudicó los blindados VCR 8x8 al consorcio Tess-Defense, que ahora le ha contratado.

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Pero tampoco es algo nuevo. Las Fuerzas Armadas se han convertido en una enorme puerta giratoria que comercia con los contactos, los fondos y el trabajo en la Administración Pública. En este caso, es la empresa Tess -Defense SA la que ha sido adjudicataria de uno de los mayores contratos públicos de la historia del Ministerio: la fabricación de los blindados VCR 8x8, presupuestado con 2.083 millones de euros. Ahora Abajo Merino ha recalado allí como asesor, a pesar de ser director adjunto en la Dirección del Ministerio de Defensa encargada de la licitación.

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