Todas las grandes ciudades del mundo se han visto envueltas en los últimos años en una espiral de crecimiento en los precios de la vivienda. Grandes conglomerados empresariales han centrado sus actividades en el mercado inmobiliario tras la "crisis", comprando un ingente número de viviendas para especular con ellas y aumentar sus beneficios a costa de los ciudadanos, que tienen que hacer frente a un considerable aumento del precio que tienen que pagar para vivir bajo techo, sin que su poder adquisitivo haya aumentado. 

Ante esta situación, algunos gobiernos han empezado a mover ficha para intentar frenar la especulación inmobiliaria, con diferentes tipos de medidas. En el Estado español, a pesar de ser uno de los más afectados por el auge de los precios, no hay previsión de realizar ningún tipo de movimiento serio en contra de esta especulación que tiene como consecuencia el empobrecimiento de la población y la dificultad de poder acceder al derecho constitucional de una vivienda digna. Quizás el hecho de que las grandes empresas propietarias del mayor número de viviendas tengan una enorme influencia en los partidos políticos mayoritarios tenga algo que ver. 

La situación es bien distinta en Berlín. Hace tan solo dos meses, la capital alemana decidió tomar una serie de medidas para frenar la especulación inmobiliaria. La congelación del precio de los alquileres ha supuesto un auténtico terremoto en el mercado inmobiliario de la ciudad. Los especuladores han perdido en estos dos meses 8.000 millones de dólares, según datos recopilados por la Asociación Europea de Bienes Raíces Públicos. Este es el valor perdido por las 60 principales empresas propietarias de vivienda en Berlín. Deutsche Wohnen SE, la mayor de todas, ha perdido un 25% de su valor bursátil. Tras verle las orejas al lobo, han asegurado que en el futuro tendrán más en cuenta el poder adquisitivo de sus inquilinos a la hora de fijar el precio del alquiler. 

Queremos mejorar la situación en el mercado residencial alemán y tendremos más en cuenta las capacidades individuales de nuestros inquilinos en el futuro -  Michael Zahn, CEO de Deutsche Wohnen

Las medidas impuestas por Berlín para congelar los precios de los alquileres se han centrado en poner límites en tres áreas: a las rentas que produce el activo, a la revalorización del propio activo y a las expectativas de revalorización del conjunto de los activos. Esto se ha traducido en tan solo dos meses en un batacazo espectacular en los beneficios obtenidos por los especuladores inmobiliarios:

Los especuladores inmobiliarios alemanes han reconocido abiertamente que esta medida hace que no sea tan rentable su negocio, lo que es signo inequívoco de que funciona.

Nos estamos moviendo en una dirección fatal. Berlín es nuestro mercado local, pero hemos decidido reducir nuestras inversiones aquí debido a estas medidas - Jakob Maehren, inversor inmobiliario alemán

Fuente: Bloomberg Europe