Extirpar el apéndice podría reducir el riesgo de párkinson
08:30 06/11/18
Según un amplio estudio publicado en la revista especializada Science Translational Medicine, la extirpación del apéndice en una etapa temprana de la vida reduce el riesgo de desarrollar párkinson entre un 19% y un 25%. Las conexiones entre el Parkinson y el tracto gastrointestinal es conocida. Pero ahora un grupo de científicos suma nuevas pistas a la investigación sobre el origen de este trastorno.
Este análisis demuestra que el apéndice actúa como una reserva para las proteínas asociadas a esa enfermedad que afecta la memoria y que, por tanto, la apendicectomía aminora las posibilidades de padecer párkinson. "Nuestros resultados apuntan al apéndice como un sitio de origen para el párkinson y brindan un camino para diseñar nuevas estrategias de tratamiento que aprovechen el papel del tracto gastrointestinal en el desarrollo de la enfermedad", señala la autora principal, Viviane Labrie.
No dicen que todo el mundo se tenga que extirpar el apendice, al fin y al cabo, muchas personas sin el órgano terminan desarrollando Parkinson y otras que tienen la proteína nunca se enferman. "A pesar de tener una reputación de ser en gran parte innecesario, el apéndice en realidad juega un papel importante en nuestro sistema inmunológico, en la regulación de la composición de nuestras bacterias intestinales y ahora, como lo demuestra nuestro trabajo, en la enfermedad de Parkinson", detalla la científica.
La reducción del riesgo sólo se hizo evidente cuando el apéndice y la alfa-sinucleína que contenía se eliminaron en una etapa temprana de la vida, años antes del inicio de la enfermedad, lo que sugiere que el órgano podría participar en su comienzo. Su eliminación después de que comience el proceso de la enfermedad, sin embargo, no tuvo ningún efecto sobre su progresión.
La incidencia de este mal es a menudo mayor en poblaciones rurales, una tendencia que se ha asociado con una mayor exposición a los pesticidas. El estudio también demuestra que la apendicectomía puede retrasar la progresión de la enfermedad, retrasando el diagnóstico en un promedio de 3,6 años.