El profesor Emilio Lledó a través de su pensamiento sobre 10 ideas esenciales

El profesor Emilio Lledó a través de su pensamiento sobre 10 ideas esenciales
Hoy 5 de noviembre, el filósofo Emilio Lledó cumple 91 años con su mente en plena forma. Repasamos el pensamiento del profesor a través de su visión sobre 10 ideas esenciales. Educación: “Yo creo decididamente en la enseñanza pública, en una enseñanza en la que no sea el dinero el que cambie las perspectivas o los tipos de enseñanza”, opinaba Lledó en una entrevista en Filosofía&co. Cree que la educación tiene que ser una y la misma para todos los ciudadanos, porque, opina Lledó, en democracia, el dinero no puede marcar las diferencias, “La proliferación de colegios privados, rompen el principio de igualdad”. Conoce bien la educación pública desde dentro: en ella se educó y a ella se ha dedicado profesionalmente durante casi toda su vida. Felicidad:  “La idea de felicidad se basa en tener. Surge en un país pobre, como Grecia, donde tener agua o vestido hacía felices a sus poseedores. Pero hay un momento en esa misma cultura en el que se descubre que la felicidad ya no está en tener, sino en ser. Hay límites en el tener. Hay una gota de infelicidad en tener más de lo que se necesita. En mi caso, si me quitan mis libros me quitan la vida. No aspiro a tener nada más”. Lledó hace referencia a grandes figuras de la filosofía como Epicuro o Kant cuando dice que la educación es la fuente de la felicidad. Filosofía: Y qué hace la filosofía sino ayudarnos a hacernos preguntas. Y a pensar en lo que hacemos, en el sentido de lo que hacemos. “Entre la orilla de Platón y la nuestra corren las mismas preguntas: ¿Cómo vivir? ¿Para qué pensar? –se pregunta Lledó en el libro La memoria del Logos. “Cuando la filosofía se hace respuesta, el pensamiento se seca y se anquilosa; cuando la filosofía se configura como pregunta escuchada, pero nunca plenamente respondida, como búsqueda, el pensamiento se dinamiza”. Lenguaje:  “El hecho de que sea el lenguaje el alimento básico de la educación significa que la estructura interior de eso que ha de llamarse personalidad es, en el fondo, el resultado de un diálogo, el resto de una memoria, interpretada por las palabras con las que hemos engarzado los sucesos de nuestra vida. No hay, pues, educación si no se configura como lenguaje y no se realiza como diálogo". A Lledó le sale el alma del profesor que es cuando explica lo importante que le parece que se cultive que a los alumnos, cuando se les enseñe a leer, se les enseñe también a amar el lenguaje, a pensar en el lenguaje. "Y esa personalidad debe enriquecerse con la lectura, porque así ampliamos el diálogo que tenemos con nosotros mismos con la voz de Cervantes, de Galdós o de Lorca” Libertad: “La reflexión, el pensamiento, la filosofía es un símbolo de progreso, de libertad, de futuro”. Estas palabras las decía Emilio Lledó en una entrevista al diario ABC el pasado mes de marzo. Filosofía y libertad de la mano. Leer, pensar, ser libre, todo uno y todo imprescindible para el profesor. “La lectura, los libros, son el más asombroso principio de libertad y fraternidad" ”Libertad quiere decir desarraigo de todos aquellos nudos ideológicos, mitos, ritos religiosos, prejuicios culturales, interpretaciones tradicionales, aposentadas sin crítica en el lenguaje y transmitidas inercialmente en la paideía (la educación, la formación) y en los usos sociales”. Libros: “Los libros son la memoria”, dice Lledó. Y esta, como veremos más adelante, es esencial. “El libro es, sobre todo, un recipiente donde reposa el tiempo. Una prodigiosa trampa con que la inteligencia y la sensibilidad humana vencieron a esa condición efímera, fluyente, que llevaba la experiencia del vivir hacia la nada del olvido. La escritura abrió al ‘animal que habla’, condenado a la inmediatez de los instantes compartidos, el inesperado enriquecimiento de una nueva forma de diálogo: el diálogo con ‘otro’ tiempo, el diálogo con el pasado”. El libro filosófico es la transmisión de lo que los seres humanos han querido entender sobre las grandes cuestiones de la vida (la justicia, la verdad, la belleza, la bondad…) y también para saber qué es lo que somos, cuál es el futuro colectivo de una serie de personas que constituyen una nación, un pueblo o una humanidad. Memoria: “Uno no puede ser más que su propia memoria”. La memoria es esencial; no podemos pasar al futuro si no tenemos claro qué ha sido el pasado. “Yo creo que los seres humanos somos fundamentalmente memoria y lenguaje –señala Lledó–. Si no tuviéramos memoria, no sabríamos quiénes somos. Por eso, siempre he defendido la tesis de que tenemos que tener memoria, no solo individual sino también colectiva”. Nacionalismo: "No entiendo el nacionalismo más que como un asunto de dineros de unos cuantos interesados. Están jugando con la emocionalidad de la gente justificando diferencias que no existen. Nacer en un país o en otro no es más que una cuestión de azar”. Pensamiento: “Se habla muchísimo de la libertad de expresión. Qué duda cabe que eso es fundamental y característico de países democráticos, pero en mi opinión lo importante es la libertad de pensamiento, crear libertad intelectual y capacidad de pensar; tener que pensar, saber qué pensar y no tener la mente aglutinada con pequeños coágulos que no te permiten entender, mirar o interpretar. Y en eso, la enseñanza tiene que ser ese estímulo continuo entre el profesor y el alumno” Política: “El que se mete en política debería hacerlo desde la directriz de la decencia”. El concepto ser decente como motor de la vida en general y de la vida política en particular. "Es un ejercicio difícil, pero el que se mete en política debería hacerlo desde esa directriz de la decencia, un concepto tan sencillo y tan bonito como ser decente. Entregarte a los demás y no buscar los compromisos con tu propia, cerrada y a veces entristecedora individualidad y egoísmo.