Escritoras rebeldes y transgresoras

Escritoras rebeldes y transgresoras
Hoy, 15 de octubre, celebramos el día de las escritoras para visibilizar en papel de las mujeres en la historia de la literatura con el lema "Rebeldes y transgresoras". Mujeres que con sus palabras lidiaban con la sociedad que le rodeaban, luchaban, pluma en mano, por hacerse un hueco en el mundo de las letras. Coincidiendo con el día de la escritora, hoy también se celebra la fiesta de Santa Teresa de Jesús (1515-1582). A pesar de haber sido incomprendida, perseguida y hasta acusada en la Inquisición que malinterprestaba sus obras (San pedro de Alcántara, su confesor, se pondrá en medio para evitar que sea procesada alegando su pureza de vida y que es un alma de Dios), se trata de la primera mujer con el título Doctora de la Iglesia. Extraordinaria literata y poeta, destaca por el brillante estilo de sus obras, donde primó la espontaneidad y sencillez. Es autora de uno de los versos más recitados de la historia: “Sólo Dios basta”. Rosalía de Castro (1837-1885) fue una escritora rebelde, escribe en gallego la mayor parte de su obra poética, empleando así una lengua no oficial de la nación, siendo la primera que la usó con auténtica categoría literaria tras un silencio secular. Esto fue un grave inconveniente para la crítica literaria de la época que le toco vivir, que cuando quiso poner sus ojos en ella, la escritora ya era un mito. Aunque fue una asidua cultivadora de la prosa, donde Rosalía sobresalió fue en el campo de la poesía, a través de la creación de las que pueden ser consideradas sus tres obras clave: Cantares gallegos, Follas novas y En las orillas del Sar. En tiempos del #metoo cabe destacar a la tatarabuela de este movimiento, una comprometida feminista como fue Emilia Pardo Bazan (1851-1921), una noble y aristócrata novelista, periodista, crítica literaria, poetisa e introductora del naturalismo en España. Precursora en sus ideas acerca de los derechos de las mujeres, que antepuso la literatura en su vida, defendiendo la instrucción y los derechos de las mujeres en sus publicaciones pero también en la vida pública y ejerciéndolos hasta convertirse en la primera catedrática de Literatura en la Universidad Central de Madrid, en la primera presidenta de la sección de Literatura Ateneo y ser la primera corresponsal de prensa en el extranjero, en Roma y en París. . A pesar de sus méritos, tuvo que aguantar críticas, insultos machistas y discriminación hasta de sus propios compañeros escritores, que le negaron hasta tres veces el ingreso en la Real Academia Española (RAE). Entre su obra literaria una de las más conocidas es la novela Los pazos de Ulloa (1886). Ana María Matute (1925-2014) fue sin duda la escritora de mayor prestigio de las letras españolas. Galardonada con premios como el Nacional de las Letras o el Cervantes, fue, además, académica de la RAE. Desde la publicación de Los Abel aunó el elogio de la crítica y el favor del público. Tenía once años de edad cuando comenzó la Guerra Civil Española de 1936. La violencia, el odio, la muerte, la miseria, la angustia y la extrema pobreza que siguieron a la guerra marcaron hondamente a su persona y a su narrativa. Queremos también destacar en este post dedicado a grandes escritoras que en un mundo donde los hombres que controlaban este mundo, generalmente editores, se encargaron de vetarles el acceso. Ellas, para evitar prejuicios sexistas y conseguir ser publicadas y leídas, ocultaban sus verdaderas identidades bajo seudónimos de hombres masculinos en algunos casos el de su propio marido. Es el caso de Colette cuyo tráiler de la película les presentamos en Eulixe. Sidonie-Gabrielle Colette (1873-1954), fue novelista, periodista, guionista, libretista y artista de revistas y cabaré francesa. Su vida dio un gran giro cuando se casó con Willy que la adentra en los efervescentes círculos de artistas. En una sociedad donde por lo general las mujeres continuaban encorsetadas, se atreve a escribir con el permiso de su marido con la condición de que publique las novelas bajo el nombre de él. En 1847 se publicó Jane Eyre, la autoría de la obra estaba a nombre de Currer Bell, un seudónimo literario que ocultaba la identidad de quien había escrito una de las mejores novelas románticas de la literatura inglesa. Luego se supo que la escritora era Charlotte BrontëEmily y Anne, sus dos hermanas, también tuvieron que recurrir a seudónimos masculinos para poder publicar sus obras: Cumbres borrascosas y Agnes Grey. Amandine Dupin (1804-1876), era una joven francesa que antes de cumplir los 30 se cambió el nombre para su debut literario en 1831 y pasó a llamarse George Sand. Su inicio en las letras coincidió con su divorcio y con una nueva apariencia: George usaba ropa masculina para moverse con libertad por París y para que se le permitiera entrar en espacios públicos reservados para hombres. En la España de su época no era fácil publicar bajo el nombre de una mujer y por eso Cecilia Böhl de Faber y Larrea (1796-1877) quiso publicar sus primeras novelas como Fernán Caballero. Su padre le había dicho que no perdiera el tiempo escribiendo porque esa era una labor masculina y que las mujeres no tenían la capacidad intelectual para hacerlo.Aún así, oculta bajo su seudónimo, se convirtiera en una de las pioneras de la narrativa femenina española