Cada cierto tiempo presenciamos una nueva "moda" puesta en circulación por algún peculiar personaje. Hace unos años descubrimos a los respiracionistas, una especie de secta que aseguraba alimentarse de la luz y no ingerir alimentos. Después asistimos al nacimiento de otro grupo que se alimentaba de tomar el sol por el ano. Obviamente, cada loco con su tema. El problema es que actualmente las redes sociales sirven de altavoz a estas peligrosas ideas, como sucede con el "dryfasting", una moda viralizada por influencers como Sophie Prana, que con más de 2.500 suscriptores en Youtube, asegura en sus vídeos que dejó de beber agua hace un año, siendo según ella lo mejor que podemos hacer para gozar de "un óptimo estado de salud y un óptimo funcionamiento de nuestros riñones". Otra de las seguidoras del secado es Alice Copilet, que nos invita desde su cuenta de Instagram a que la acompañemos en un viaje que nos ayudará a conseguir "equilibrar el cuerpo y calmar las emociones". Quizás sea un proceso darwinista de selección natural. No consideramos necesario desmontar esta teoría y la necesidad de beber agua para el ser humano, confiamos en la inteligencia de nuestros seguidores.