Según contaron algunos testigos a esracismo.com, uno de los jóvenes de la plaza se encontraba fumando en el momento en el que se le acercó una señora y le recriminó que debería dejarlo ya, que era nocivo para su salud. Ésta no recibe respuesta del joven, puesto que, como narran algunos testigos presenciales, el chico no comprende bien el español y además presentaba signos de embriaguez. Al pasar una patrulla de la policía nacional la mujer se le acercó afirmando que le había pedido al chico que se pusiera una mascarilla y éste se había negado. Varias personas relatan que en ningún momento la señora le pidió que se pusiera una mascarilla, simplemente que dejara de fumar. Es en ese momento cuando la policía baja del coche y se dirigen al chico. Le piden que se ponga la mascarilla, y debido a la embriaguez y a la falta de comprensión del español el chico no respondió, pero se rió. Seguidamente, los agentes pasan a la identificación del joven y éste se niega explicando a los agentes “solo estoy sentado en un banco bebiendo, no tenéis derecho a identificarme”, según aseguran las personas que se encontraban en el lugar de los hechos. Todos los testigos afirman que el joven no fue violento hacia los agentes en ningún momento, que presentaba claros signos de confusión por la embriaguez, pero nunca ejerció ningún tipo de violencia.
Una testigo: “el joven gritaba que le dolía e intentaba salir del coche cuando se le han acercado cuatro o cinco agentes y a empujones con él y la puerta la han cerrado a la fuerza dándoles igual que el chico tuviera los brazos por fuera y se lo han llevado”.
Al no identificarse se procede a la detención mientras que van llegando más coches y motos patrulla a la plaza hasta encontrarse unos 30 agentes de policía en la zona. Detienen al chico y lo introducen en el coche policial. Una vez dentro del coche, el joven asustado y dolorido intenta escapar, y es cuando se producen las imágenes que podemos observar en el vídeo: 6 agentes de policía reducen al joven, en una actuación -según nos cuentan la personas que lo presenciaron- claramente desproporcionada. Uno de los policías hace primero presión con su brazo alrededor del cuello del joven detenido, mientras los otros cinco lo inmovilizan de brazos y piernas, tras la presión con el brazo ese mismo agente pasa a presionar el cuello con la rodilla- imagen tristemente familiar en los últimos días y que traslada directamente a la muerte de George Floyd por abusos policiales. Esta presión con la rodilla en el cuello del detenido hace que varias personas de la plaza griten e incluso, como se ve en el vídeo, hay una chica que intenta intervenir y recibe un fuerte empujón por parte de uno de los agentes que le han provocado fuertes dolores en la cadera. Tras unos momentos de mucha tensión, vuelven a introducir al joven dentro del coche, una vez más este intenta escapar, y consigue sacar los brazos del coche, según nos cuenta una vecina que presenció el momento desde su casa: “el joven gritaba que le dolía e intentaba salir del coche cuando se le han acercado cuatro o cinco agentes y a empujones con él y la puerta la han cerrado a la fuerza dándoles igual que el chico tuviera los brazos por fuera y se lo han llevado”.
Además del joven detenido, la policía identificó a todas las personas que en algún momento de la detención usaron su teléfono para grabar estos abusos. Llegan a usar la fuerza, como podemos observar en la imagen, uno de los testigos presenta un arañazo debido al forcejeo con la policía nacional porque dejase de grabar. Otros testigos han preferido no enviarnos sus vídeos “ya que la policía me identificó y no sé qué repercusiones puede tener”. Algunos aseguran que “el ambiente que se vivió ayer en la Plaza Nelson Mandela era muy parecido al de la muerte de Mame, la policía abusaba y no podíamos hacer nada”
En Lavapiés, las paradas por perfil racial y los abusos policiales sobre personas racializadas y migrantes forman parte del día a día del barrio, la “vigilancia” policial es claramente superior a la de cualquier otro lugar del centro de Madrid. Es una forma más de perpetuar el Racismo Institucional hacia nuestros cuerpos y experiencias. En las últimas semanas han sido muchas las personas que han mostrado abiertamente su indignación ante los incidentes ocurridos en Estados Unidos por culpa de la policía, pero parece que queremos olvidar que dentro del Estado español se sufre la misma violencia de manera constante y hasta normalizada. Este no es un caso aislado, es una muestra más de un racismo sistemático que oprime y por el que no pensamos bajar la voz ni dejar de luchar.