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Nauru, el país que se comió a sí mismo

Esta isla del Pacífico tenía uno de los niveles de vida más altos del mundo, pero colapsó... Esta es la historia de Nauru, la tierra que se comió a sí misma, literalmente. Y es que sus enormes reservas de fosfatos la hicieron inmensamente rica, pero como si de una metáfora de la Tierra en su conjunto se tratara, la codicia y poca visión de futuro la convirtieron en una isla inhabitable y la condenaron a la pobreza. 

La República de Nauru es un estado de Micronesia, situado en el océano Pacífico central, que comprende una sola isla justo al sur de la línea del ecuador. Es un atolón de forma ovalada, elevado, escarpado en su orilla marina y con arenosas playas intercaladas con montículos coralinos en su orilla interior, y con una superficie de 21,3 km² (2130 ha). Nauru es el estado soberano más pequeño de Oceanía y el tercero más pequeño del mundo, solo superado por el Vaticano y el Principado de Mónaco, así como la república más pequeña del planeta.

Poblada por tribus micronesias y polinesias, Nauru fue reclamada y anexionada como una colonia más por el Imperio alemán a finales del siglo xix. Tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, se convirtió en un protectorado de la Sociedad de Naciones administrado por Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido. Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, fue ocupada por tropas japonesas, quienes ganaron terreno en numerosos archipiélagos del Pacífico. Tras el fin de la guerra y la expulsión de los japoneses de la isla, volvió a constituirse en un protectorado hasta que alcanzó la independencia de Australia en 1968.

Gran parte de su prosperidad se debió a la explotación de los depósitos de fosfato que se encuentran en la isla y cuyo origen es discutido: podrían ser depósitos de guano acumulados durante miles de años o podrían ser de origen marino. El fosfato se utiliza como fertilizante y la mayoría del producido en la isla fue exportado a Australia. Con la cercana extinción de las reservas de fosfato, Nauru hace frente a un futuro económico poco claro y bastante incierto. Parte de la riqueza obtenida con la explotación de este recurso fue colocada como fideicomiso para el futuro. Tras haber acumulado hasta 2000 millones de dólares estadounidenses, la mala calidad de las inversiones escogidas y su utilización para completar presupuestos deficitarios año tras año ha hecho mermar los ahorros, y en 2004 el restante fue vendido para cancelar su deuda externa. No obstante, para intentar paliar dicha situación, Nauru acogió un centro de detención de refugiados entre 2001 y 2008 a cambio de ayuda económica de Australia, nación encargada de supervisar dichas instalaciones.

Nauru, el país que se comió a sí mismo