Que las abejas trabajan de modo cooperativo y comunitario no es nada nuevo. En el remoto año 1973, el etólogo Karl von Frisch recibió el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por su investigación sobre la comunicación de las abejas, quienes a pesar de tener la cabeza del tamaño de una semilla ( el 0,0002% del tamaño de un cerebro humano) han demostrado unas increíbles habilidades, como demuestra este video grabado en São Paulo, y en el que podemos observar cómo dos de estos insectos logran abrir la tapa de una botella de refresco para acceder al preciado líquido azucarado de su interior. 

Además de aprender unos de otros y utilizar herramientas, las abejas también pueden aplicar operaciones matemáticas básicas. En un experimento reciente, se intentó entrenar a un grupo de abejas para que lanzaran una pelota hacia un objetivo a cambio de una recompensa. Para ello, necesitaban copiar los movimientos de otras personas y aprender de los errores, algo que hacían con mucha facilidad: