Un personaje tan alejado del socialcomunistarrismo como la canciller alemana Angela Merkel tiene muy claro que la libertad de expresión tiene sus límites:

"Hay libertad de expresión en nuestro país. A todos aquellos que dicen que no pueden expresar sus opiniones, les digo: si das tu opinión, debes asumir el hecho de que te pueden llevar la contraria. Expresar una opinión tiene sus costes. Pero la libertad de expresión tiene sus límites. Esos límites comienzan cuando se propaga el odio. Empiezan cuando la dignidad de otra persona es violada ... Esta cámara debe oponerse al discurso extremista. De lo contrario, nuestra sociedad no volverá a ser la sociedad libre que es".

Este discurso fue pronunciado en el Bundestag por la canciller alemana en 2019, y demuestra que la opción de una derecha democrática y antifascista es posible. En el Estado español sin embargo, a día de hoy un partido abiertamente fascista es defendido por parte de la sociedad, por los medios de comunicación que le permiten expresar su ideología de odio, y por los partidos políticos que no realizan un "cordón sanitario" a su alrededor. La consecuencia es evidente: el crecimiento del fascismo.