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Aldous Huxley profetizando en 1958 sobre las dictaduras tecnológicas presentes

En mayo de 1958, el ya prestigioso escritor y filósofo Aldous Huxley fue invitado al famoso programa The Mike Wallace Interview, donde el entrevistador quiso indagar en las ideas que Huxley acababa de plasmar en una colección de ensayos que acabó llamando Brave New World Revisited (Nueva visita a un mundo feliz), donde Huxley analiza veintiséis años después los contenidos tratados en la novela que lo catapultó a la fama, Un mundo feliz, verificando así sus aciertos y equívocos a la hora de contemplar la evolución de la civilización occidental durante dicho lapso. En dicha obra, hace muchas referencias a otra distopía, la novela 1984, de George Orwell.

Si bien el periodista consideraba los temas tratados por Huxley como amenazas para la sociedad estadounidense, lo cierto es que la vocación humanista del autor mostró que situaciones como el poder acumulado por las burocracias, el efecto de la propaganda en la mente humana o el peligro de la sobrepoblación, entre otros, no se limitaban al interés de un solo país o un único gobierno. Dichos problemas han sido asumidos ya como parte de nuestras vidas, siendo la entrevista que os proponemos hoy realmente profética. Aquí os dejamos con algunas de las respuestas de Huxley: 

 

  • "La gente tiene menos para comer y menos bienes per cápita que hace cincuenta años; y a medida que la posición de estos países, la posición económica, se vuelve cada vez más precaria, obviamente el gobierno central tiene que asumir más y más responsabilidades en pos de mantener el barco del estado en un nivel estable, y entonces, por supuesto, es probable conseguir disturbios sociales en tales condiciones con, nuevamente, una nueva intervención del gobierno central. Entonces, creo que aquí se ve un patrón que parece estar empujando con fuerza hacia un régimen totalitario. Y desafortunadamene en todos estos países subdesarrollados el único partido político altamente organizado es el partido comunista. Pareciera ser que ellos serán los herederos de este desafortunado proceso. Ellos se involucrarán en la posición de poder."

  • "Otra fuerza que creo que es muy operativa en este país es la fuerza de lo que se puede llamar sobreorganización. A medida que la tecnología se vuelve cada vez más compleja, se hace necesario tener organizaciones cada vez más elaboradas, organizaciones más jerárquicas, que dé paso al avance de la tecnología para que vaya acompañado de un avance en la ciencia de la organización. No es posible crear organizaciones a una escala mayor de lo que era posible antes, así que tienes a más y más personas viviendo como subordinadas en estos sistemas jerárquicos controlados por las burocracias, ya sea las burocracias de las grandes empresas o las burocracias de los grandes gobierno".

  • "Hay métodos disponibles en la actualidad, métodos superiores en algunos aspectos a los métodos de Hitler, que podrían utilizarse con una mala situación. Quiero decir, lo que siento con mucha fuerza es que nuestra propia tecnología avanzada no debe sorprendernos. Esto ha sucedido una y otra vez en la historia con el avance de la tecnología, y esto modifica la condición social; de repente las personas se han encontrado en una situación que no previeron y haciendo todo tipo de cosas que realmente no querían hacer".

  • "En este libro que mencionaste, este libro mío, «Un mundo feliz», postulé una sustancia llamada soma, que era una droga muy versátil. Haría que las personas se sintieran felices en pequeñas dosis, les haría ver visiones en dosis medias y los enviaría a dormir en grandes dosis. Bueno, no creo que tal droga exista ahora, ni creo que alguna vez existirá, pero tenemos drogas que harán algunas de estas cosas, y creo que es muy probable que tengamos drogas que profundamente cambiarán nuestros estados mentales sin hacernos daño. Quiero decir, esta es la revolución farmacológica que está teniendo lugar; que ahora tenemos poderosas drogas que cambian la mente que, fisiológicamente hablando, son casi sin costo. Quiero decir que no son como el opio o la coca… o la cocaína, que cambian el estado mental pero dejan resultados fisiológica y moralmente, terribles".

Aldous Huxley profetizando en 1958 sobre las dictaduras tecnológicas presentes