Hoy hace 46 años un golpe fascista acababa con la vida de Salvador Allende. El 11 de septiembre de 1973 las Fuerzas Armadas de Chile dieron un golpe de estado para derrocar al presidente socialista y al gobierno izquierdista de la Unidad Popular. Allende había asumido la presidencia de Chile en 1970, siendo el primer político de orientación marxista en el mundo que accedió al poder a través de elecciones generales en un Estado de Derecho.
El gobierno de Estados Unidos, dirigido por el presidente Richard Nixon y su secretario de Estado Henry Kissinger, fueron piezas claves para el éxito de este golpe de estado. En la mañana del 11 de septiembre de 1973, las cúpulas de las Fuerzas Armadas y de Orden lograron controlar gran parte del país y exigieron la renuncia inmediata de Salvador Allende, quien se refugió en el Palacio de La Moneda. Tras el bombardeo de la sede presidencial, Allende pronunció su último discurso. Poco después moría. Todavía no está claro si fue un suicidio o un asesinato. El golpe de Estado marcó el fin del gobierno de la Unidad Popular, que fue seguida por el establecimiento de una junta militar liderada por Pinochet, cuyo terrible mandato se prolongó hasta 1990. Durante este periodo, fueron cometidas sistemáticas violaciones a los derechos humanos.
"Ante estos hechos, sólo me cabe decirle a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen... ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos" - Salvador Allende