Nativo de Kryvy Rig, una ciudad industrial y de habla rusa en el centro de Ucrania, licenciado en Derecho, Zelenski decidió, sin embargo, apostar por el mundo audiovisual. Durante su juventud participaba regularmente en un concurso de comedia en la televisión, hasta llegar a cofundar en 2003 una productora de televisión, ‘Kvartal 95’. La compañía producía programas para la cadena ucraniana 1+1, cuyo controvertido propietario multimillonario, Ihor Kolomoisky, se uniría años más tarde al proyecto político de Zelenski como mecenas de su candidatura presidencial.
El giro transcendental en su carrera entre bambalinas llegó en 2015 cuando Kvartal 95 produjo una serie de televisión titulada Servidor del pueblo. En ella, Zelenski interpreta a un profesor de secundaria que se convertía en presidente del país de forma accidental en la serie ‘Servant of the people’, emitida en Netflix entre 2015 y 2019.
Paradójicas de la vida (o no), los productores de la serie, con el mecenazgo del multimillonario Ihor Kolomoisky, crearon un partido político con el mismo nombre, casi como una farsa. La noche del 31 de diciembre de 2018 lanzaron un anuncio televisivo donde presentaban la candidatura presidencial de Zelenski. Este acabaría ganando con más de un 70% del sufragio, convirtiéndose así en el sexto presidente de Ucrania.
“Putin comenzó una guerra contra Ucrania y contra todo el mundo democrático. Esta noche, en todos los frentes, el enemigo utilizará todas las fuerzas disponibles para romper nuestra resistencia”, aseguró Zelenski a sus compatriotas en un mensaje tras el primer día de ataques.
Pero… ¡Un momento!
Para comprender el hilo de lo que al final se ha convertido en una triste tragicomedia cabe remontarse a finales de 2013, cuando se produjeron las primeras manifestaciones que desembocaron en el viraje europeísta del país, después de que el ex presidente Victor Yanukovych declarara la suspensión de la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
El "Euromaidán" acabó provocando una confrontación contra el Gobierno ucraniano, situación que derivó en una escalada militar con Rusia en el este de Ucrania, donde se contextualiza parte del prólogo de la actual guerra.
Ya de lleno en un conflicto abierto, en mayo de 2014, tras el abandono de funciones de Yanukovych, Petró Poroshenko asumiría la presidencia en un adelanto electoral, con un 55 % de votos, a pesar de las pujantes demandas tácitas de fraude.
Mientras el país se hundía económicamente Poroshenko se vió envuelto en innumerables casos de fraude y corrupción. Su cuenta creció 400 millones de dólares entre 2012 y 2020.
De estos lodos surgiría la figura de Zelenski, con su fuerte discurso contra la corrupción y los oligarcas ucranianos. La campaña del actor y sus productores se basó en la difusión de cortes populares de la serie, como la del Zelenski en pleno tiroteo en el Parlamento ucraniano. Así lanzaría su figura de estrella televisiva hasta la presidencia.
Por aquel entonces sus detractores y distintos medios de comunicación lo comparaban, por su personalidad excéntrica y mediática, con Donald Trump o Silvio Berlusconi.
Nacionalista y de índole europeísta y otanísta, al inicio de su mandato contribuyó a la causa militar en Donbás, con dinero de su propio bolsillo, lo que le provocó la apertura de una causa penal en Rusia.
Durante su acometido por granjear la unidad del país, frente a Rusia y su acercamiento al bloque occidental sus intentos por parar con la corrupción no avanzaban tanto como él prometía, lo que hizo que sus ciudadanos no notaran un cambio sustancial contra el establishment.
Criticado por su evasivas y con una popularidad a la baja a Zelenski le ha tocado interpretar otro papel, esta vez sin la seguridad que ofrece la ficción.