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Las paguitas del campechano fugado

Parece que la codicia de los Borbones es insaciable. La historia así lo muestra, y el presente también. Por si no fueran suficientes los "ahorros" logrados a través de los oscuros negocios que durante décadas ha realizado el Rey emérito aprovechándose de su privilegiada posición como Jefe de Estado, ahora continúa haciendo gala de su cara de cemento armado al cargar todo tipo de gastos a Patrimonio Nacional: desde gastos de la casa de Corinna, a 100 empleados de Zarzuela o la tripulación del Fortuna. Sus tres ayudantes de cámara en Abu Dabi también forman parte del centenar de empleados que la institución sufraga para la monarquía, así como los sueldos y viajes del personal desplazado a Emiratos Árabes Unidos. La caradura del Rey emérito sólo es comparable a la falta de sentido común de aquellos que todavía lo defienden. 

Las paguitas del campechano fugado