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Peleteiro y su salto ante el racismo: «me gritaban ‘negra de mierda, vete a tu país'»

Por Javier F. Ferrero

Ana Peleteiro, la atleta de 25 años de Ribeira que vive en Guadalajara y que pudo ser bailarina, ya tiene su medalla para pasear delante de sus paisanos gallegos. La triplista ha conseguido un tercer puesto por el que pocos en Tokio apostaban.

Menos mal que Ana no hizo mucho caso a su padre cuando le metió a clases de ballet diciéndole que le veía buenos dotes, porque su futuro estaba lejos de las mallas. Cuando tenía 16 años se proclamó campeona del mundo júnior en Barcelona y esa fue sólo su primer hito que le han llevado al podio de unos Juegos Olímpicos.

«Han sido muchos años, muchas horas de entrenamiento para llegar hasta aquí. No me puedo creer todavía lo que ha pasado. Era un sueño para mí», soltaba exaltada la medallista española. «No puedo parar de llorar. Sabía que algún día lo conseguiría, pero no sabía si hoy iba a ser capaz de lograr ese salto». Es que el camino no fue fácil.

«Negra de mierda»

Tal y como señalaba la propia Peleteiro en una entrevista en El País en 2020, el suyo «es un deporte individual y jodido». «Tienes que cuidarte al máximo. Y es muy triste, pero hay mucha envidia. Mucha gente de este deporte no se alegra por ti si te va bien. Los que más se alegran son los de fuera», señaló.

«Una vez oí a un atleta decir que preferiría quedar tercero pero que ningún otro de su país ganase medalla a ganar el oro pero no ser el único medallista español, para no compartir ese momento. Es muy triste preferir un bronce a un oro por la fama», relataba la ahora medallista.

Pero, aún así, más allá de envidias, lo que más daño hacía era el racismo: «Desde que vivo en Guadalajara sí he sufrido varios episodios de racismo. Yo solía decirle a mi chico que aquí no había y él me decía que sí. Te empiezas a fijar y efectivamente. Creo que es porque antes siempre estaba con gente blanca y en Guadalajara voy con gente negra y cuando ven a un negro con un blanco está todo bien, pero si son dos negros van a robar», señalaba Peleteiro.

«En la gasolinera un señor me gritó: ‘¡Negra de mierda, vete a tu país!’. ¡Estoy en mi país! Da mucha rabia. Mi madre biológica es gallega. Mi padre biológico, africano, no sé de dónde. Jamás se ha puesto en contacto conmigo, lo que agradezco, porque no necesito nada más. Además, si trabajas en España y te sientes español, ¿qué importa la sangre?», lamentaba.

Vox

Si hablamos de racismo tenemos que hablar de la extrema derecha de Vox, con la que se cruzó Peleteiro en un comentadísimo tuit. En julio de 2020, la respuesta que la atleta gallega dio al líder del partido, Santiago Abascal, que anunció desde su cuenta que iba a estar un fin de semana de campaña en Galicia con motivo de las elecciones que se celebraban ese mes, fue muy celebrada.

En un escueto tuit, Abascal señalaba las fechas en las que recorrería Galicia añadiendo una etiqueta final: #GaliciaEsVerde. Esta etiqueta fue la que utilizó Peleteiro para pedirle al líder ultra que se volviese por donde venía: “Mejor quédate en casa. Lo único que tiene de verde Galicia son los montes. De nada”.

14.87

Pleno de garra, de concentración, de calidad, Peleteiro dio lo mejor de sí para llegar al podio y lo ha hecho con un mejor salto de 14.87 y después de batir por dos veces el récord de España. Tres centímetros le han sobrado para dejar atrás a la jamaicana Ricketts, su gran rival.

La medalla de bronce para la gallega, la líder del atletismo español, estaba en su cuello. Después ha llegado la vuelta al estadio, la felicidad absoluta.

Llenará la boca de los que antes la insultaban de elogios teñidos de rojigualda, pero el pasado está ahí y el racismo parece endémico. Mucho que cambiar en un país en el que los negros son tratados poco iguales solo si consiguen récord y medallas o son capaces de tirarse a un río a salvar la vida de un blanco.

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