Clones de un invasivo cangrejo mutante se apoderan de un cementerio en Bélgica

Parece que los guionistas de 2020 se están quedando sin ideas. La siguiente noticia así lo confirma: cientos de clones de un cangrejo mutante se apoderan del cementerio Schoonselhof (Amberes, Bélgica). Estos crustáceos ajenos al ecosistema de la zona pueden clonarse a sí mismos y se multiplican con rapidez, ocupando el cementerio y sus accesos. Los cangrejos de río 'Procambarus virginalis' solo cuentan con hembras debido a que no precisan machos para procrear y fueron criados en un acuario de Alemania durante la década de 1990. 
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Montaje de un "procambarus virginalis" sobre el cementerio de Schoonselhof, Amberes, Bélgica - wikipedia.org
Clones de un invasivo cangrejo mutante se apoderan de un cementerio en Bélgica
Cualquier otro año esta noticia supondría un auténtico shock. Sin embargo para el 2020 es una noticia más. Diversos medios locales belgas lo confirman: cangrejos de río mutantes creados en programas experimentales de cría han invadido un cementerio belga. Estos crustáceos autoduplicados, que pueden excavar hasta un metro y siempre son hembras, representan una amenaza mortal para la biodiversidad local después de colonizar un cementerio histórico de Amberes.

"Es imposible reunirlos todos. Es como intentar vaciar el océano con un dedal" - Kevin Scheers, Instituto Flamenco de Investigación de la Naturaleza y los Bosques.

Kevin Scheers especula con que "alguien soltó al canal" algún ejemplar porque, "a menudo, la gente se cansa de sus animales o la población de cangrejos se le vuelve demasiado grande" y creen que "sería una buena idea liberarlos en la naturaleza". El avistamiento de estos cangrejos en estanques y fosos que rodean el cementerio de Schoonselhof no es el primero en suelo belga, ya que ese crustáceo también ocupó lugares en la reserva natural de Wolvenberg y otras dos zonas próximas a Lovaina.

Cada especímen adulto mide unos 10 centímetros, puede esconderse a un metro de profundidad en búsqueda de alimentos, se desplaza por tierra y agua y recorre distancias de hasta dos kilómetros.

Scheers asegura que los intentos de erradicar los 'Procambarus virginalis' han fracasado porque "nunca se consiguen todos los cangrejos": en España se realizaron "experimentos con veneno", pero Bélgica no permite esa práctica y, hasta el momento, "no existe una solución para deshacerse del animal".

Desde 2016, la Unión Europea prohíbe la posesión, el comercio, el transporte y el cultivo de este crustáceo invasivo, aunque es imposible rastrear a los propietarios porque todos los cangrejos de río son genéticamente exactamente iguales.

Se asocian con una especie norteamericana previa a la mutación que le proporcionó la partenogénesis por la que procrea sin fecundación. La mutación, que ocurrió hace unos 25 años, significa que las poblaciones pueden surgir rápidamente de un solo Procambarus virginalis.

Son similares a otros cangrejos de río, pero son partenogenéticos, lo que significa que se reproducen consigo mismos y que todos sus hijos son hembras genéticamente idénticas.

Fuentes: www.nzherald.co. // www.vrt.be // RT