La contaminación nos hace infelices

La contaminación nos hace infelices

Muchos estudios nos han dejado claro como nos afecta en la salud la contaminación atmosférica, incluso pudiendo causar muertes prematuras. Pero un nuevo estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Beijing, ha revelado que también nos afecta emocionalmente... cuando hay contaminación hay menos felicidad.

Para determinarlo, los investigadores se centraron en 144 núcleos urbanos de China, un país en el que la contaminación cuesta 38.000 millones de euros y provoca 1,1 millones de muertes prematuras cada año. Así, cruzaron los datos ofrecidos por el Ministerio chino de Protección Ambiental con los 210 millones de posts publicados en la red social Sina Weibo (lo que equivale a Twitter en el país asiático) y que utiliza el 30% de la población.

"Las redes sociales son una medida a tiempo real de la felicidad de la gente y también proporcionan una gran cantidad de datos de diferentes ciudades", sostiene el investigador del MIT y líder del estudio Siqi Zheng. Los tuits fueron analizados según un algoritmo que evaluaba el índice de felicidad de cada uno de 0 a 100. Encontraron una correlación significativamente negativa entre la contaminación y los niveles de felicidad. Los resultados mostraron que durante los días que el aire presentaba mayor concentración de contaminantes, los niveles de felicidad de las publicaciones en las red social era significativamente menor.

Los investigadores prosiguieron su estudio sobre el impacto de la contaminación en el comportamiento de las personas. En este sentido, determinaron que las personas que viven en un entorno con altos niveles de contaminación pueden tener comportamientos arriesgados e impulsivos, "como consecuencia del estado de depresión y ansiedad a corto plazo. La gente es más infeliz, y eso significa que pueden tomar decisiones irracionales" dice Zheng. Por otra parte el estudio determina que la contaminación producía un mayor coste emocional entre la población femenina y las personas con ingresos elevados.

Este nuevo estudio responde a la pregunta que se hacían los investigadores de por qué en un país donde el ritmo de crecimiento económico anual ronda el 8%, los niveles de satisfacción de la población no han aumentado tanto como era de esperar. Sabían que la contaminación atmosférica afecta a la salud, al rendimiento cognitivo, a los resultados académicos de los escolares e incluso a la productividad laboral, ahora también conocen ese coste emocional.

Ante todas estos datos, los investigadores demandan al Gobierno chino la implantación de medidas eficaces para reducir los niveles de contaminación ambiental en las ciudades y conseguir la mejora del estado mental y anímico de la población.