Hoy, 9 de diciembre, se celebra el 70º aniversario de la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. El término fue acuñado por Raphael Lemkin, un judío polaco, en respuesta al Holocausto. Los eventos en todo el mundo anunciarán el aniversario, pero con cierta humildad, e incluso angustia. A pesar de todos los discursos bonitos sobre la prevención de genocidios, continúan. Recientemente, el pasado 3 de noviembre, el Museo Memorial del Holocausto de Estados Unidos fue la última organización en declarar que hay "pruebas convincentes" de que las fuerzas armadas de Myanmar cometieron atrocidades contra los musulmanes rohinyás en 2017. En agosto, un informe de derechos humanos de la ONU afirmó que los líderes militares de Myanmar deberían ser juzgados por el genocidio. La Corte Penal Internacional está investigando, pero solo por delitos menores cometidos contra quienes huyeron a Bangladés. Ni Gran Bretaña ni Estados Unidos todavía lo han llamado un genocidio. En resumen, 70 años después, la prevención, sin hablar de la persecución, puede seguir siendo eludida.