Foto del día: La primatóloga Dian Fossey, que pagó con la vida por su entusiasmo
Tal día como hoy la defensora y dama de los gorilas Dian Fossey habría soplado 87 velas rodeada de su única familia, los primates. Sin embargo, casi 30 años después de su muerte no se han esclarecido las circunstancias de lo que fue un brutal e injusto asesinato.
La vida de Dian Fossey fue bastante común hasta que en 1963 decidiera emprender un viaje a África que cambiaría su vida para siempre. Sin ninguna experiencia y solo con su ilusión y sus convicciones como equipaje, inició una aventura de 22 años que la llevó a intengrarse en la comunidad de primates y a conocerlos mejor que ninguna otra persona hasta entonces.
Pero su implicación emocional con los gorilas le costó la vida. Su defensa a ultranza del habitat y la integridad de estos animales la llevó a un devastador final. El negocio de los gorilas sin duda aportaba una gran riqueza a Ruanda, tanto desde el puto de vista turístico como en la caza, actividades a las que Fossey se oponía firmemente y que boicoteó hasta sus últimos días con patrullas anti caza, con lo que sin duda fraguó importantes y peligrosas enemistades.
El 26 de diciembre de 1985 el cuerpo de Dian Fossey fue encontrado en su cabaña, junto a su cama con el cráneo partido. Las circunstancias de su muerte sigue siendo un misterio pues Fossey había hecho importantes enemigos tanto entre los cazadores como con las autoridades locales.
El cuerpo de Dian Fossey fue enterrado en el cementerio que ella misma creó para los gorilas, cerca de su amigo el primate Digit. Aunque su legado sigue vivo, la obra por la que tanto luchó, tras el genocidio de Ruanda, práticamente se ha desvanecido.
Fuente: La Verdad