El cambio de hora: tu cuerpo lo nota y tu salud ¿también?

El cambio de hora: tu cuerpo lo nota y tu salud ¿también?
Este fin de semana hemos tenido que cambiar de nuevo la hora y aunque no sabemos a ciencia cierta si esta será una de las últimas veces que lo hagamos, lo que si sabemos es que ese simple gesto de mover hacia delante las agujas del reloj nos ha descolocado un poco a todos durante estos primeros días. Seguro que ayer mirasteis varias veces los relojes para saber si los habíais cambiado todos y seguro que preguntasteis eso de ¿qué hora es exactamente, la de antes o la de ahora? A partir de mañana es probable que ya no le demos la mayor importancia a que amanezca y anochezca un poco más tarde, porque hay quienes dicen que el cambio es tan mínimo, que nuestra salud ni lo nota y que solo necesitamos unos días para que nuestro cuerpo se adapte. Aunque también están los que opinan que los efectos negativos que produce el cambio de hora afectan a nuestra salud a largo plazo, pero ¿qué hay de cierto en ambas afirmaciones?, ¿realmente afecta a nuestra salud? Aún no está probado científicamente que el cambio de hora afecte a nuestra salud a largo plazo. FUENTE: PIXEL   Opiniones sobre el tema Algunos estudios, como los realizados por un grupo de expertos en medicina clínica confirman que el cambio de hora afecta al sistema circadiano (ritmos del cuerpo). Las conclusiones de ese estudio fueron publicadas en el European Journal of Internal Medicine y también fueron presentadas ante el Parlamento para justificar la necesidad de la eliminación del cambio horario. Pero lo cierto es que este es uno de los pocos estudios realizados sobre el tema y todavía no hay muchas otras pruebas que confirmen que el cambio de hora influya directamente en nuestra salud. Incluso algunos como el profesor de Física de la Universidad de Sevilla, José María Martín-Olalla, se han atrevido a poner en duda las tesis que se mostraban en el estudio “Impacto del horario de verano en el sistema de tiempo circadiano”. Martín-Olalla envió además una carta a la revista donde se había publicado. En ella aseguraba que en la investigación había varias carencias y que las conclusiones eran insostenibles. Entre sus argumentos exponía que los cambios de hora son como los viajes que se hacen a diferentes partes del mundo: “No es razonable sostener que viajar a Italia requiera solo un día de ajuste en nuestro reloj interno y en cambio, adelantar la hora, sea poco menos que un riesgo relevante para la salud”  Según el profesor, cuando viajamos lo único que hacemos es adelantar o atrasar los hábitos dependiendo de la zona a la que vayamos y hay gente que lo hace muchas veces al año y no solo dos como ocurre cuando adaptamos el reloj a los horarios de verano e invierno. Así, expone también que “el sol sigue saliendo y poniéndose a la misma hora”, las horas solares siguen reduciéndose y aumentando dependiendo de la estación del año en la que estemos y sin tener nada que ver con que adelantemos o atrasemos nuestros relojes. Así durante todo el año el cuerpo está acostumbrado a ir cambiando los hábitos según haya más o menos luz solar   ¿Por qué cambiamos de hora y hasta cuando tendremos que hacerlo? Afecte o no a nuestra salud, en Europa es obligatorio cambiar los relojes dos veces al año para adaptarlos a los horarios de verano e invierno. Según la Directiva Comunitaria del Cambio de Hora, el objetivo de este cambio es, entre otros, ahorrar energía aprovechando mejor la luz solar. Pero mucho han cambiado las cosas desde que el cambio de hora se hizo obligatorio en 1974. Ahora se sabe que el ahorro de energía que se consigue es mínimo, que además depende mucho del país y que los efectos que pueden tener sobre nuestra salud son escasos. Por eso, el año pasado se llevó a cabo una consulta en Europa con más de 4,5 millones de respuestas, de las cuales el 84% veía positivo que se acabara con el cambio horario. A partir de ahí se decidió que cada Estado miembro decidiría si quería o no modificar la hora dos veces al año como se había estado haciendo hasta el momento o dejarla siempre igual. En un principio se barajó la posibilidad de que 2019 fuera el último año en el que tuviéramos que mover las agujas del reloj, pero  la semana pasada el Parlamento Europeo propuso posponer la fecha hasta el 2021. Los países que elijan el horario de verano lo cambiarán por última vez en marzo de 2021, mientras que los que elijan el horario de invierno tendrán que esperar hasta octubre de ese año para hacerlo. En algunos Estados miembros como Portugal han asegurado que seguirán cambiando de hora en verano y en invierno. En otros como Finlandia están totalmente a favor de que se suprima el cambio y en otros como en España, hay comisiones de expertos que aún siguen estudiando los pros y los contras. El Parlamento ha propuesto el año 2021 para que cada país de la Unión Europea decida si quiere o no seguir con el cambio horario. FUENTE: FANCY CRAVE   Pros y contras En España se creyó conveniente suprimir el cambio y por eso, el año pasado, se creó un comité de 13 personas expertas en diferentes materias para intentar definir cual sería la opción que más le convendría al país mediterráneo; si quedarse con el horario de invierno o el de verano. Entre los puntos que están estudiando los expertos se encuentran el ahorro energético, los efectos sobre la salud y cómo influiría en el tráfico. En el tema energético, la mayor parte de los entendidos en la materia coincide en asegurar que el ahorro es mínimo. En 1974, cuando se instauró la Directiva Comunitaria del Cambio de Hora había una crisis del petróleo que obligó a los gobiernos a buscar medidas que redujeran el consumo. Pero ahora, como dice el director de proyecto de la Dirección de Certificación Energética de IDEA, Aitor Domínguez, “las lámparas cada vez son más eficientes y el consumo se ha ido reduciendo”. En cuanto al tema del tráfico, algunos estudios como el realizado en Nueva Zelanda para analizar la tasa diaria de siniestralidad, deja claro que en los 11 años de investigación los accidentes de tráfico aumentaban un 16% el primer día tras el cambio de primavera y un 12% el segundo, pero no en los días siguientes. Por su parte, el director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial dependiente de la DGT, Álvaro Gómez, asegura que en España “no hay una evidencia sólida de que el cambio estacional tenga una incidencia en el aumento de la mortalidad en la carretera”. En cuanto si nuestra salud se ve afectada o no, ya hemos dicho antes que hay muy pocos estudios al respecto y que la mayoría de las opiniones se decantan por la idea de que los efectos perjudiciales del cambio de hora estacional no existen. Así, la experta en cronobiología María Ángeles Rol, que lleva más de 15 años estudiando los ritmos biológicos de los seres vivos, confirma que se ha detectado “sueño, malestar o fatiga tras el cambio, pero al cabo de unos días ha desaparecido”. Según su experiencia también añade que el horario que habría que adoptar es el de invierno “porque es el más equilibrado en horas de luz y la luz es un factor clave para la actividad humana”. Lo que está claro es que no podemos decir con exactitud si el cambio de hora afecta a nuestra salud a largo plazo porque hay muy pocos estudios sobre el tema y que parece que a más tardar, dentro de dos años muchos países de Europa tendrán que decidir si cambian de horario como hasta ahora o si se quedan con uno fijo para siempre. Por el momento en España parece que tendremos que esperar todavía hasta el año 2021 para saber si seguiremos moviendo las agujas del reloj dos veces al año o si las tendremos que dejar fijas. Además de decidir si las movemos hacia delante para adaptarnos al horario de verano o hacia atrás para quedarnos con el de invierno.