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La Ciudad de la Selva: el refugio de la guerrilla antifascista

Entrevista a Alejandro Rodríguez, (codirector del proyecto Sputnik Labrego) y Miguel Riaño (director del documental "Ciudad de la selva") sobre el conjunto de campamentos guerrilleros que entre 1941 y 1946 funcionó en la comarca ourensana de Valdeorras, en las proximidades de Casaio, cerca de la frontera con León.

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La Ciudad de la Selva: el refugio de la guerrilla antifascista

Alejandro Rodríguez

En enero de 2018 empezó el trabajo de prospección en la conocida como Ciudad de la Selva en Casaio (Ourense), ¿Qué os llevo a dar ese paso?

Fundamentalmente, el afán por conocer este lugar tan emblemático en el desarrollo de la guerrilla antifranquista en el noroeste, desde un punto de vista diferente al que se había hecho hasta ahora. Conocíamos que ese lugar había existido por referencias orales y documentales, pero desconocíamos lo que realmente era en el espacio físico, en el paisaje. Esto, unido a varios factores más muy relacionados con los diferentes campos científicos en los que cada una de nosotras nos movíamos, nos llevó a esta confluencia. Además, esta confluencia nos llevó a toparnos con unas personas maravillosas, con el pueblo de Casaio, que desde el minuto uno puso a nuestra disposición todo aquello que necesitábamos. Sin ellas, nada de este proyecto hubiese sido posible.

Llevabais varios años estudiando la zona, las personas que la habitaron, la estructura de la Federación León-Galicia, ¿lo que visteis era cómo lo imaginabais?

Para nada, no imaginábamos la enorme dificultad que ha tenido localizar cada uno de estos lugares. Apenas se conocían tres o cuatro chozos y ahora mismo conocemos más de 30 estructuras relacionadas de manera directa con los grupos de huidos y guerrilleros que habitaron en estas montañas. Hemos comprendido la enorme complejidad de este paisaje y, además, hemos entendido a la perfección el por qué de ese nombre de “Ciudad de la Selva”.

Lamentablemente, la pregunta es obligada, ¿por qué no se hizo esto antes?

Los estudios arqueológicos sobre esta etapa de la historia contemporánea no son demasiado antiguos. Quizá, esa sea una de las cuestiones. Desde un punto de vista arqueológico, la Guerra Civil y la posguerra comenzaron a desarrollarse con la entrada del nuevo siglo y no han sido, hasta ahora, demasiado numerosos.

La respuesta de las instituciones ante la petición de permisos, ideas que le llegáis a plantear, proyectos futuros, ¿qué tal es recogida?

Pues nos encontramos con una acogida normal, sin ningún tipo de dificultad, algo que no nos sorprende. Nuestro objetivo es tratar exactamente igual estos restos materiales de hace 80 años a aquellos que puedan tener miles de años, y por tanto las administraciones del Estado responden con total normalidad.

¿Tenéis alguna propuesta para llevar este proyecto a institutos y universidades?

Por supuesto, para nosotras el conocimiento no debe ser algo cerrado, sino que debe ser abierto a cualquier persona que le pueda interesar. Y si ese interés viene desde la educación pública, nosotras encantadas de poder exponerlo. No sólo participamos en congresos o revistas científicas, sino que también lo hacemos en institutos, con organizaciones culturales… Siempre estamos dispuestas a exponer nuestro trabajo.

La ciudad de la selva, como dices, es especial, ¿hay más lugares así en el resto del Estado?

Sí, existen varios lugares similares a la Ciudad de la Selva. Hay, además, de todo tipo. Desde aquellos que se han convertido en recursos turísticos, como en La Cerollera, en la provincia de Teruel, gracias al trabajo de la Asociación La Gavilla Verde. Otros que se están trabajando, también, desde un punto de vista arqueológico, como el proyecto Acampados, desarrollado por la Asociación de Estudios Históricos Frente Sur, quienes han hecho ya algunas campañas en el campamento del Cerro Formazo, en la sierra de Loja (Granada). O también, muy próximos a nosotros y, quien de verdad nos ha inspirado desde el principio de nuestro trabajo, como es el proyecto que dirige el arqueólogo Xurxo Ayán en Repil (Chavaga), en la provincia de Lugo.

Miguel Riaño (director del documental)

Un proyecto de este calibre tiene que ser muy jugoso para un documentalista, ¿qué es lo que espera de él?

Todo el equipo es consciente de la oportunidad que supone poder contar una historia como esta. Quizá no volvamos a tener una oportunidad igual. En este sentido, las expectativas vienen, por un lado por la rama científico-divulgativa, y por otro por la puramente artística y narrativa.

En cuanto a la primera, esperamos ser lo más respetuosos posible con los hechos constatados y ser de utilidad al proyecto en términos de expansión de su trabajo; así como dimensionar correctamente a la Ciudad de la Selva dentro de la resistencia anti-franquista.

A nivel artístico esperamos dar la mejor apariencia a la película a la vez que somos comedidos en términos estéticos para respetar un tratamiento documentalista que huya de la ficción. La narración es uno de los grandes caballos de batalla, pues tras tantos años de silencio, se mezcla la realidad con ciertos procesos de mitificación y los actuales hallazgos de Sputnik Labrego en la zona, lo que nos obliga a preservar los espacios comunes con la ciencia para mantener la rigurosidad.

El entorno no puede ser más idílico, la belleza del paisaje es atrayente, la historia es digna de ser contada. Tiene todos los alicientes para que sea un éxito…

Lo cual es un problema. La Ciudad de la Selva y la historia de fuxidos y guerrilla son centrales en la película, pero grabando en este entorno corres el riesgo de abusar de un paisaje que es consustancial a la historia por su dureza. En una historia distinta, no tendríamos problema en localizar con normalidad los lugares de referencia de la guerrilla, pero en el caso concreto de la Ciudad de la Selva, se suma la intención de ocultación que tenían las personas que allí vivían, haciendo de las construcciones espacios ciertamente mimetizados, con el hecho de disponer de un entorno, como bien dices, idílico, que podría visualmente subsumir los lugares y personas de la historia.

¿Cuándo cree que estará disponible para su visualización?

Al público en general aún no lo tenemos claro. Nuestra prioridad es que en primavera de 2022, las personas que han apoyado el proyecto a través de Goteo cuenten con sus recompensas. El estreno y el recorrido comercial es algo que nos gustaría que se llevase a cabo en verano/otoño, pero aún hay mucho trabajo por definir en ese aspecto.

Vimos como el documental de La vida de otros se llevó un premio Goya, ahora ustedes están trabajando en este ¿hay una demanda de este género?

Es muy posible… El cine documental se ha convertido en una síntesis muy adecuada del arte y la información. Supone una distracción y gozo en lo que se refiere a lo cultural y además eleva nuestro conocimiento sobre ciertas temáticas. Los documentales que están vinculados a la memoria histórica creo que están ocupando un lugar destacado dado que hay cierta demanda social en cuanto a clarificar todos los sucesos acaecidos en la Guerra Civil y durante la dictadura. Esa demanda social se está vehiculando a través de las diferentes personas que dirigen y producen cine, que forman parte de medios de comunicación, organizaciones de carácter social, etc. Una presión desde diferentes polos de la sociedad para clarificar la historia reciente de nuestro país.

La generación de los y las nietas no cesa en su empeño de encontrar respuesta sobre lo que ocurrió durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, ¿documentales como el suyo pueden ayudar a normalizar esto?

Como comentaba antes, creo que estamos asumiendo una cierta responsabilidad colectiva de cara a esclarecer hechos que por diferentes intereses se han mantenido ocultos en España. Cualquier proyecto científico, artístico, comunicativo o legal que busque verdad, justicia y reparación de manera rigurosa y objetiva, ayudan no sólo a normalizar en el medio-largo plazo, si no a visibilizar, que es el primer paso para asumir que algo es real.

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