Lechugas, piezas de Lego, clips, bombones, palillos, cereales de desayuno... a Adam Hillman le da igual. Es capaz de utilizar cualquier elemento de la vida cotidiana para crear patrones de geometría y color únicos, obteniendo de lo más común obras de arte que satisfacen de algún modo a nuestro obsesivo cerebro. 

Adam estudió Historia del Arte y siempre ha querido ser artista. Durante años dibujaba impulsivamente patrones geométricos y abstracciones, hasta que en 2014 descubrió casi por casualidad la fotografía de elementos cotidianos. Desde entonces solo piensa dar orden visual a todo lo que se le pone por delante.

Siempre estoy pensando en posibles ideas, pero las mejores fotos que he creado surgen de manera muy orgánica, y he descubierto que las ideas más forzadas que intento visualizar suelen ser más ingeniosas y poco interesantes. Uno de los problemas inherentes a mi práctica es que, si bien estoy dispuesto a gastar un par de dólares en materiales, al final estoy muy limitado en lo que puedo crear debido a limitaciones de tiempo y dinero... Proponer ideas puede ser problemático y me obliga a utilizar el pensamiento creativo para dar vida a mis ideas con los materiales que tengo a mi disposición - Adam Hillman en la revista PAPER

Pienso en mis obras como un marco conceptual para la forma en que organizo mis materiales, y los uso como una chispa creativa para impulsar mis ideas o ayudarlas a progresar a su forma final. También disfruto el desafío de crear un juego de palabras visual que también sea una obra de arte visual y conceptualmente convincente, un concepto artístico que ha permanecido relativamente inexplorado - Adam Hillman en la revista PAPER

Crecí fascinado con la historia del arte, así que parecía natural querer crear mi propio arte. En lugar de la pintura y la escultura tradicionales, quería usar materiales que reflejaran el tiempo en que vivo, por eso uso objetos cotidianos